Vista general de la Biblioteca, en el Museo de la Catedral.
Vista general de la Biblioteca, en el Museo de la Catedral.

Biblioteca y Sala Capitular

Santiago de Compostela
Tras finalizar el claustro, se añadieron fachadas exteriores, comenzando en 1540 y expandiéndose en el siglo XVII. La fachada claustral del Obradoiro, visible junto a la fachada románica, fue diseñada por Jácome Fernández y patrocinada por los arzobispos Sanclemente y Torquemada. Las decoraciones rococó de las bóvedas y el retablo de la Sala Capitular destacan, al igual que la Biblioteca con frescos y colecciones importantes, incluyendo el Codex Calixtinus y los Botafumeiros.

La Biblioteca y Sala Capitular de la Catedral de Santiago de Compostela

Después de completar el claustro de la Catedral de Santiago, se construyeron las fachadas exteriores que vemos hoy. Una de las primeras fue iniciada en 1540 por Rodrigo Gil de Hontañón en la Plaza de las Platerías para albergar el Tesoro. A principios del siglo XVII, se añadieron nuevas obras adosadas a las logias sur y oeste, formando la gran fachada claustral del Obradoiro, que todavía podemos apreciar en antiguos dibujos junto a la fachada románica.

La Construcción de la Biblioteca y Sala Capitular

En 1599, ya se mencionaba la idea de construir dos salas en la "Plaza del Hospital" (hoy la Plaza del Obradoiro) para servir al Cabildo. Los arzobispos Juan de Sanclemente y Torquemada fueron los patrocinadores de estas obras, diseñadas por Jácome Fernández. Sus escudos de armas todavía adornan la puerta de acceso a la Biblioteca y Sala Capitular, dos espacios que forman parte del recorrido del Museo de la Catedral. Aunque estas salas están abiertas al público, se cierran cuando el Cabildo se reúne, conservando así su función original.

En 1751, ambas salas sufrieron un incendio, y su reconstrucción fue encargada a Lucas Ferro Caaveiro. La decoración de estos espacios es rica y detallada, especialmente en las bóvedas, que reflejan el gusto rococó de la época.

Detalle de la bóveda plana de piedra de la Biblioteca.
Detalle de la bóveda plana de piedra de la Biblioteca. Se decora con frescos y sanguinas con la vida del Apóstol de Arias Varela (1756)
Detalle de la bóveda plana de piedra de la Sala Capitular decorada con motivos jacobeos.
Detalle de la bóveda plana de piedra de la Sala Capitular decorada con motivos jacobeos. Fue encalada y pintada por Tomás Aguiar.

La Biblioteca: Un Tesoro de Conocimiento

La Biblioteca es un lugar impresionante, con estanterías que rodean la sala y albergan importantes colecciones de libros, muchas de ellas donadas por don Pedro de Acuña y Malvar. En el centro de la sala, se encuentra un facistol del siglo XVII, utilizado para la lectura en coro de los libros de Salmos. Además, hay vitrinas con facsímiles de obras importantes del Archivo Catedralicio, como el famoso Codex Calixtinus.

Vista general de la Biblioteca, en el Museo de la Catedral.
Vista general de la Biblioteca, en el Museo de la Catedral.
En la biblioteca se expone el Botafumeiro y  fac-similes del Códice Calixtino
En la biblioteca se expone el Botafumeiro y fac-similes del Códice Calixtino (página con miniaturas de Carlomagno y Libro IV o Pseudo-Turpín); y del Tumbo A.

También en esta sala se guardan los dos Botafumeiros de la Catedral. El original, hecho de latón bañado en plata por José Losada en 1851, y su réplica de plata de 1971, un regalo de la Hermandad de Alféreces Provisionales. Destacan también el Púlpito de Opositores de 1744, tallado por Francisco de Lens y sostenido por un Atlante que recuerda al Pazo de Bendaña. Sin embargo, lo más impresionante de la Biblioteca es su bóveda plana, decorada con frescos que narran la vida del Apóstol Santiago, una obra maestra de 1756 realizada por Arias Varela.

La Sala Capitular: Un Espacio de Reunión y Arte

La Sala Capitular es otro espacio cargado de historia y arte. Preside la sala un elegante retablo de estilo rococó, diseñado por el italiano Sernini, que alberga una imagen de Santiago Peregrino, esculpida por José de Gambino en 1754. Frente a este retablo se encuentra la pesada mesa presidencial, diseñada también por Ferro Caaveiro, sobre la cual descansa un dosel de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, una imitación del que se hizo para el dormitorio de Carlos III.

En una hornacina de la Sala Capitular un Santiago Peregrino de Gambino. La puerta comunica con la contigua Biblioteca.
En una hornacina de la Sala Capitular un Santiago Peregrino de Gambino. La puerta comunica con la contigua Biblioteca.
La sala capitular la preside una importante mesa bajo el dosel del dormitorio de Carlos III.
La sala capitular la preside una importante mesa bajo el dosel del dormitorio de Carlos III. A un lado, sillón usado por Juan Pablo II. Al otro caja de taracea para votaciones.

Las ventanas de la sala ofrecen una vista al Obradoiro y están adornadas con tapices flamencos del siglo XVII, del taller de los Van der Hecke, que representan escenas de las Guerras Púnicas. Además, se exhiben otros elementos históricos, como un cuadro de las Apariciones de la Virgen de Guadalupe, pintado en 1769 por el mexicano Juan Patricio Moflete, y el sillón utilizado por Juan Pablo II en sus visitas a Compostela.

Vista general de la Sala Capitular, donde entre otras piezas se exponen algunos tapices .
Vista general de la Sala Capitular, donde entre otras piezas se exponen algunos tapices de la importante colección de la Catedral. Éstos son flamencos del siglo XVI.

Entre los objetos más curiosos de la Sala Capitular se encuentran un gran brasero del siglo XVII con símbolos jacobeos y una urna de votaciones de nácar y marfil del siglo XVIII, que aún se utiliza en algunas votaciones del Cabildo.

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