Capilla de San Fernando
Santiago de CompostelaLa Capilla de San Fernando: El Tesoro Oculto de la Catedral de Santiago
La Capilla de San Fernando, que hoy forma parte del recorrido del Museo de la Catedral de Santiago de Compostela, es el hogar del llamado “Tesoro” de la catedral. Aquí se encuentran algunas de las piezas más valiosas de la orfebrería catedralicia. De hecho, algunas de estas joyas están guardadas en una antigua caja fuerte, oculta en los gruesos muros de piedra de la capilla. Sin embargo, esta no siempre fue su función original; en su día, la capilla estuvo conectada directamente con la actual sacristía de la catedral.
Un Diseño con Influencia Salamantina
La capilla sigue el estilo arquitectónico de Juan de Álava, quien también diseñó el claustro que se encuentra junto a ella. Su construcción se completó en 1527 y se caracteriza por una impresionante bóveda estrellada que cubre el techo, sostenida por ménsulas decorativas. Los nervios de la bóveda forman patrones complejos, con claves adornadas con motivos vegetales y símbolos jacobeos. Además, en 1536, se añadieron unas pinturas murales que representan la Ascensión y la Asunción de María, obra del artista Pedro Noble, y que aún se conservan. También participó en la decoración de esta capilla Juan Bautista Celma, quien en 1590 realizó trabajos en el arco y el altar de San Silvestre, incluyendo un retablo lateral de 1540 que originalmente albergaba las reliquias de este santo.
De Capilla de Reliquias a Sala del Tesoro
En 1537, la capilla fue destinada a albergar las santas reliquias, cumpliendo esta función durante poco más de un siglo. Estas reliquias se colocaban en un retablo diseñado por Cornielles de Holanda, que contaba con múltiples compartimentos para guardar estos preciados objetos. Sin embargo, en 1641, las reliquias fueron trasladadas a otra ubicación, y el retablo también fue movido, aunque ha vuelto a la capilla tras una reciente restauración. Hoy en día, este retablo acoge parte del tesoro catedralicio, lo que da nombre a esta sala del museo.
Un Altar para San Fernando
Después de que el rey Fernando de Francia fuese canonizado en 1671, la catedral recibió la petición de erigirle un altar. En 1679, se encargó al escultor Juan de Seoane la figura del rey santo, que lo muestra mirando al cielo, con un orbe y una espada en mano, y vestido con majestuosos ropajes barrocos. Aunque se construyó un retablo barroco para esta imagen, el que hoy la alberga es de estilo neorrenacentista.
Piezas de Incalculable Valor
Además de la imagen de San Fernando, la capilla alberga una colección impresionante de orfebrería. Aquí se guarda, por ejemplo, la custodia procesional de Antonio de Arfe, que sale del museo cada año para la procesión del Corpus Christi. También se encuentra la esclavina original del Apóstol Santiago, que vestía la imagen del altar mayor y que fue un regalo del arzobispo Monroy, aunque en las últimas décadas ha sido sustituida por una réplica. Entre otras piezas valiosas, destacan un copón de Juan Posse de finales del siglo XVII, y un cáliz de oro, adornado con brillantes, donado por el arzobispo Rafael Múzquiz en el siglo XIX. Además, la capilla cuenta con un delicado relieve de la Virgen de la Leche, obra de Luisa Roldán hacia 1700.