Fachada del Obradoiro
Santiago de CompostelaContenido
La Fachada Medieval de la Catedral de Santiago de Compostela
¿Sabías que la fachada original de la Catedral de Santiago no era el famoso Pórtico de la Gloria? Aunque mucha gente piensa que la fachada románica original era el Pórtico de la Gloria, en realidad hubo una fachada medieval exterior desde la consagración del templo en 1211. Esta fachada fue construida por el taller del Maestro Mateo, que desde 1168 estuvo a cargo de finalizar la catedral.
Aunque el Pórtico de la Gloria no era la fachada en sí, sí formaba parte de ella. La portada tenía un gran arco central y dos arcos laterales, alineados con las naves de la iglesia. Curiosamente, estos arcos no tenían puertas, lo que permitía que la catedral estuviera siempre abierta para recibir a los fieles y peregrinos. Los personajes del Pórtico se proyectaban hacia el exterior, completando el mensaje apocalíptico del tímpano central.
En el siglo XVI, empezaron a añadir jambas, dinteles y puertas a estos arcos, lo que inició una transformación que culminó en el siglo XVIII con la construcción de la majestuosa fachada barroca que conocemos hoy. Esta nueva fachada, aunque impresionante y reconocida mundialmente, oculta la original, de la cual solo tenemos algunos dibujos del canónigo Vega y Verdugo de mediados del siglo XVII.
La Controversia del Acceso
Hay un debate sobre cómo se accedía a esta fachada occidental. No hay evidencias de escaleras o rampas desde el exterior, lo que ha llevado a muchos estudiosos a pensar que el acceso se realizaba a través de la cripta que Mateo construyó. Desde esta fachada, por unas estrechas escaleras laterales, se accedía al templo, similar a como se hace hoy por el lado sur de las naves.
Los Restos de la Fachada Medieval
De la fachada medieval original, aún conservamos los arranques de las dos torres laterales, aunque están un poco escondidos por los añadidos barrocos. En excavaciones arqueológicas se han descubierto fragmentos del gran arco central, estatuas decorativas y el "espejo grande" que impresionaba a los peregrinos que llegaban a Compostela.
El gran arco central estaba formado por dos arquivoltas. La mayor presentaba ángeles alados con cartelas y libros, mientras que la otra tenía una decoración vegetal típica del Maestro Mateo. Algunas de estas piezas están expuestas en el Museo de la Catedral.
La Luz y la Decoración
La iluminación era muy importante para Mateo. Por eso, la fachada tenía un cuerpo superior de ventanas y un gran rosetón central que permitía la entrada de luz. Este rosetón, parcialmente reconstruido en el Museo, combinaba decoraciones vegetales y geométricas para crear un espectacular efecto luminoso.
Personajes y Estatuas
No sabemos mucho sobre los personajes que Mateo dispuso en esta fachada exterior. Algunas estatuas aún se pueden ver en la fachada barroca interior, soportando los nervios de la bóveda. Expertos creen que podrían representar figuras bíblicas como Judas Tadeo, Virgilio, Juan el Bautista, entre otros. También se cree que los reyes David y Salomón, que ahora coronan las escaleras del Obradoiro, formaban parte del exterior del gran arco central.
Estas figuras y decoraciones completaban la fachada medieval del Maestro Mateo, rematando el mensaje del Pórtico de la Gloria y constituyendo una obra maestra del románico europeo. Esta fachada marcó el fin de la construcción de la catedral románica de Santiago, dejando un legado impresionante que aún hoy seguimos descubriendo y admirando.
La Construcción de la Fachada del Obradoiro de la Catedral de Santiago de Compostela
¿Sabías que la Fachada del Obradoiro no siempre fue como la conocemos hoy? Todo comenzó con el Maestro Mateo, que se encargó del cerramiento occidental de la catedral. Su objetivo era completar el programa iconográfico del impresionante Pórtico de la Gloria. Este gran arco central permitía ver el interior de la catedral desde la plaza, y permanecía abierto día y noche, como confirma el Códice Calixtino.
Cambios en el Siglo XVI y XVII
En el siglo XVI, el Cabildo decidió cambiar la parte central inferior de la portada. ¿La razón? Los incidentes nocturnos dentro de la catedral. Así que añadieron unas puertas. Más tarde, a principios del siglo XVII, Ginés Martínez construyó la escalinata que modificó los accesos por el oeste.
La Transformación Barroca del Siglo XVIII
Para el siglo XVIII, la fachada y una de las torres estaban en mal estado. Además, el Cabildo quería resaltar la importancia de Santiago el Mayor y de la sede apostólica. Así, encargaron una nueva fachada a Fernando de Casas Novoa. Esta nueva estructura recibió el nombre de Fachada del Obradoiro, en honor al taller de canteros que estaba a sus pies.
En 1738, Casas Novoa presentó su proyecto, cuyo dibujo aún se conserva en el archivo de la catedral. Ese mismo año, empezaron las obras, que se prolongaron hasta 1750. Su diseño se respetó casi en su totalidad, con apenas pequeñas modificaciones.
Un Gran Tríptico de Piedra
Casas Novoa concibió la fachada como un gran tríptico de piedra que se eleva sobre la plaza. Aprovechó parte de la vieja fachada medieval y la integró en la nueva estructura barroca, aumentando la altura con nuevos tramos. También sustituyó el rosetón medieval por el gran espejo que ilumina la nave mayor del templo.
Detalles y Decoración
La estructura interior de la basílica se refleja en el exterior gracias a la disposición de los cuerpos de la fachada. La decoración es una auténtica apoteosis jacobea, complementando la del Altar Mayor. El cuerpo central de la fachada se divide en dos niveles, rematados por una estructura que crea un efecto de verticalidad, con impresionantes columnas de fuste estriado y orden corintio que aportan dinamismo. En la parte central, encontramos dos ventanas.
Santiago el Mayor y la Iconografía
En lo alto de la fachada, Casas Novoa colocó una imagen de Santiago el Mayor con atuendo de peregrino, rodeado de ángeles con la cruz de Santiago y los reyes españoles arrodillados a sus pies. Más abajo, está la tumba del apóstol Santiago, rodeado por sus discípulos Santiago, Teodoro y Atanasio. El cuerpo central está flanqueado por dos torres de igual altura: la de las Campanas a la derecha y la de la Carraca a la izquierda.
Aprovechamiento de las Torres Románicas
Se aprovecharon las torres románicas preexistentes. La Torre de las Campanas, elevada por Peña de Toro en 1671, y la Torre de la Carraca fueron integradas y rematadas dentro del proyecto de Casas Novoa.
Imágenes y Relieves
En los últimos años de obras, se añadieron las imágenes, relieves y elementos decorativos que completan la fachada. En su parte superior, destaca Santiago el Mayor, obra de los escultores José Gambino, Francisco Lens, Gregorio Fernández, Antonio López y Antonio Nogueira, todos ellos vinculados a la catedral.
La Torre de las Campanas en la Fachada del Obradoiro
La fachada occidental de la Catedral de Santiago, la que da a la Plaza del Obradoiro, ha sufrido muchos cambios y ampliaciones a lo largo de los años. En el lado sur, el nuevo claustro diseñado por Juan de Álava y completado por Gil de Hontañón ya estaba terminado en 1590. Sin embargo, desde el exterior, no se podía adivinar que detrás de esos muros había un hermoso claustro plateresco. A finales del siglo XVI, Juan de Herrera y Gaspar de Arce lo revistieron por fuera. Más tarde, en 1614, Jácome Fernández añadió la característica galería superior. Este mismo arquitecto también diseñó la Torre de la Vela, que imita el escalonamiento de la Torre del Tesoro.
La Torre de las Campanas y su Evolución
En el siglo XVIII, un incendio afectó esta parte del claustro. Entonces, Lucas Caaveiro le dio al conjunto un aspecto barroco, que contrasta con la verticalidad de la impresionante fachada del Obradoiro. En el siglo XVI, cuando la fachada aún era románica, se añadió una nueva puerta de doble vano. Entrando en el siglo XVII, Ginés Martínez construyó una nueva escalinata y colocó un estribo en el lado sur de la fachada para reforzar una de las torres. Este estribo se conocía como "estribo de Nuestra Señora la Blanca" debido a una pequeña capilla que miraba hacia las puertas de la basílica. Esta torre, la Torre de las Campanas, siempre ha tenido problemas de estabilidad, por lo que se tuvo que reforzar. Si te fijas bien, puedes notar una ligera inclinación en ella.
Reformas y Remodelaciones
Las obras en este lado de la fachada continuaron. A mediados del siglo XVII, Vega y Verdugo mostró en sus planos cómo ambas torres debían ser igualadas en altura y rematadas con capiteles. Peña de Toro se encargó de esta reforma, añadiendo una balaustrada en la parte superior y un nuevo cuerpo a la torre medieval para alojar las campanas. Esta obra se terminó en 1668, y también decoró el primer cuerpo románico de la torre con pilastras.
Sin embargo, el aspecto definitivo y actual de la Torre de las Campanas se lo debemos a Fernando de Casas Novoa, el arquitecto detrás de la actual fachada barroca. A partir de 1720, se llevaron a cabo nuevas obras, especialmente en el remate y la decoración de la torre. En 1729, la caída de un rayo dañó la estructura, lo que hizo que las obras continuaran hasta 1732. Para entonces, ya se había colocado el capulín superior y la decoración barroca con volutas, rocallas, balaustradas, pináculos y las características "bellotas" de piedra, junto con la aguja y la cruz de bronce que coronan la torre.
Una Transformación Completa
Así, la historia de las torres de la fachada occidental de la catedral no siempre ha sido uniforme. La Torre de las Campanas se completó antes que la torre norte y la fachada central. En aquella época, la catedral presentaba una torre barroca al sur, un claustro de líneas renacentistas con decoración barroca, y una monumental escalinata del siglo XVII. La torre de la Carraca y el cuerpo central aún eran románicos, pero con puertas renacentistas. Esta imagen, sin embargo, pronto cambiaría para dar paso a la catedral homogénea y monumental que hoy es reconocida en todo el mundo.
La Torre de la Carraca en la Fachada del Obradoiro
El lado norte de la Plaza del Obradoiro ya estaba cerrado por el Hospital Real de peregrinos, fundado por los Reyes Católicos y diseñado por Enrique Egás en 1501. La fachada del hospital, conocida por su estilo "plateresco", fue obra de Martín de Blas y Guillén Colás. Aunque Ginés Martínez hizo reformas en la torre de las campanas para añadir una escalera y un estribo, la fachada medieval de la catedral contrastaba con la renovada torre de las campanas, modernizada por Peña de Toro en el siglo XVII.
La Torre de la Carraca: Historia y Transformación
La otra torre, llamada Torre de la Carraca, aún era el cubo medieval original y más baja que la de las campanas. Vega y Verdugo ya tenía en mente igualarlas en altura, pero el proyecto se pospuso hasta el siglo XVIII. En 1738, Fernando de Casas se encargó de las obras del "espejo" central de la fachada y también de igualar la torre de la Carraca con su gemela. La construcción comenzó en 1749 y terminó en 1751. López Ferreiro identificó la torre de la Carraca con la denominada torre del Gallo. En 1687 ya se había intervenido en esta torre para asemejarla a la de las Campanas, en la que Peña de Toro estaba trabajando en ese momento.
Características y Detalles
Fernando de Casas añadió un falso estribo similar al de Ginés Martínez bajo la torre de las Campanas. Las pilastras acentúan la verticalidad y dirigen la mirada hacia los nuevos cuerpos superiores, donde la apoteosis barroca llega a su máxima expresión. Influido por arquitecturas efímeras festivas, el barroco se muestra aquí en todo su esplendor. La torre de la Carraca se convierte en una gemela de la de las campanas, con un escalonamiento en altura, balaustradas y pináculos como los que Peña de Toro trazó para la fachada de la Quintana. El capulín superior y la imagen general hacen que todo el conjunto de las torres esté en perfecta sintonía con la Torre del Reloj, diseñada en el siglo XVII por Domingo de Andrade, antecesor de Fernando de Casas como Maestro de Obras de la catedral.
Diferencias y Particularidades
Aunque las torres de la fachada del Obradoiro y la del Reloj "ascienden" hacia el barroco desde un cuerpo inferior medieval, estas diferencias apenas son visibles. El primer cuerpo de las tres torres es claramente románico en el Obradoiro y gótico en el Reloj, pero solo un ojo detallista podría notarlo. Desde las cubiertas de la catedral, se pueden ver los arcos ciegos de medio punto con taqueado y capiteles de decoración vegetal en las torres del Obradoiro, elementos típicos de la fábrica románica del templo.
Lo que realmente diferencia a la Torre de la Carraca de su "gemela" de las Campanas es la razón de sus nombres. La torre de las Campanas alberga el típico juego de campanas que solemnizan las celebraciones litúrgicas. En cambio, la de la Carraca tiene un dispositivo en forma de "aspa" de madera y metal. Unas tablillas son golpeadas cuando se gira el aspa con una manivela, produciendo un sonido seco y "triste". Esta es la "carraca", cuyo sonido fúnebre se utiliza en la solemnidad de Viernes Santo para conmemorar la Pasión de Cristo. Hoy en día, gracias a una reciente restauración, todavía podemos escuchar este singular sonido.