La Sacristía
Santiago de CompostelaLa Sacristía de la Catedral de Santiago de Compostela
La construcción del nuevo claustro, diseñada por Juan de Álava desde 1521, trajo consigo la creación de varias dependencias adyacentes. Entre ellas se encuentran la sacristía, la antesacristía y la capilla de las Reliquias, todas destinadas a servicios complementarios al culto. También se creó la capilla de Alba, dedicada al culto privado y funerario. La obra fue realizada por el mismo Juan de Álava bajo la dirección de Jácome Fernández. Aunque no tenemos documentación exacta, parece lógico que la sacristía, un espacio esencial para la liturgia, fuese una de las primeras áreas en ser construidas.
Sobre los restos de una de las alas del claustro medieval de don Juan Arias, y utilizando algunos fragmentos de los muros de la torre de Gómez Manrique (siglo XIV), la antesacristía y la sacristía se conservan en su estado original. La antesacristía, de planta rectangular, se abre al brazo sur del transepto y sirve de conexión con el claustro y el edificio del Tesoro, levantado por Rodrigo Gil en la Plaza de las Platerías.
Por otro lado, la sacristía tiene una planta cuadrada. Ambos espacios están cubiertos por bóvedas de tracerías complejas, que recuerdan a las obras salmantinas de Juan de Álava, aunque aquí son quizás menos elaboradas. En la antesacristía, la cubierta se divide en dos tramos con abanicos y arcos similares a los del claustro de San Esteban de Salamanca. En la sacristía, los nervios parten de ménsulas y trazan una circunferencia central con ocho rayos, completada con un cuadrifolio de arcos conopiales, un diseño repetido en la Catedral Nueva de Salamanca y otras dependencias catedralicias. En el centro de esta alta bóveda cuelga una lámpara de bronce donada por el catedrático y ministro gallego Eugenio Montero Ríos en 1895. Esta lámpara, que durante muchos años funcionó con gas y estuvo en la capilla mayor de la catedral, ahora electrificada, ilumina la sacristía desde hace pocos años.
La Puerta y su Decoración
La puerta que conecta estos espacios con las naves de la catedral, en el brazo sur del crucero, merece una mención especial por su calidad. Enmarcada por una portada-retablo gemela a la del claustro, es obra del mismo autor y está dedicada al triunfo de María como redentora del género humano. La puerta de la sacristía, en cambio, alaba al mecenas de la construcción del claustro, el arzobispo Fonseca. La decoración renacentista incluye cadelieri y putti, un frontón triangular con la efigie de Santiago, y un friso con el escudo de Fonseca. Dos hornacinas albergan estatuas de Santiago Peregrino y San Ildefonso, patrón de los Fonseca. Los grifos que sostienen el escudo representan la defensa del lugar donde se guardan los instrumentos litúrgicos, mientras que los pavos reales simbolizan la Resurrección y la majestad divina. Dos medallones en las enjutas del arco de entrada representan el valor y la sabiduría, virtudes alusivas a Santiago y al mecenas, respectivamente. La simbología de esta fachada se relaciona con la de las Platerías, con representaciones de Santiago y sus emblemas, y de los constructores y benefactores del templo, en este caso, los Fonseca.
Obras de Arte
En las paredes de la antesacristía cuelgan dos óleos de Juan José Cancelo del siglo XIX: el "Ecce Homo" y la "Dolorosa", que anteriormente estaban en el trascoro de la basílica. En la sacristía se encuentra un Vía Crucis del siglo XIX, así como cuadros de Gregorio Ferro y "La Tradición de Santiago en Galicia" de Modesto Brocos.
La sacristía de la Catedral de Santiago de Compostela no solo es un espacio funcional para la liturgia, sino también un tesoro arquitectónico y artístico que refleja la rica historia y simbología del templo.