Catedral de Santiago de Compostela
Santiago de CompostelaContenido
- 1 La Fascinante Historia del Apóstol Santiago y la Catedral de Santiago de Compostela
- 2 La Construcción de las Primeras Iglesias en Santiago de Compostela
- 3 La Construcción de la Catedral de Santiago de Compostela
- 4 Transformaciones de la Catedral de Santiago de Compostela
- 5 El Museo y el Archivo de la Catedral de Santiago: Un Viaje en el Tiempo
- 6 El Origen del Camino de Santiago y la Historia de las Peregrinaciones a Santiago de Compostela
La Fascinante Historia del Apóstol Santiago y la Catedral de Santiago de Compostela
La Catedral de Santiago de Compostela es uno de los destinos más importantes para los peregrinos de todo el mundo. Su historia, llena de leyendas y hechos asombrosos, comienza con la figura del Apóstol Santiago.
La Leyenda del Traslado del Cuerpo de Santiago
Tras ser decapitado en Palestina en el año 44 d.C., sus discípulos Atanasio y Teodoro recogieron su cuerpo y, según algunas leyendas, lo colocaron en una barca de piedra. Milagrosamente, la barca navegó a la deriva hasta llegar a las costas que Santiago había predicado en vida: la Hispania romana. Después de una travesía increíble, arribaron al Finisterrae, en las costas de la Gallaecia.
Entrando por la Ría de Arosa y tras diversas vicisitudes en las que se cruzan leyenda y realidad arqueológica, como las historias de la Reina Lupa y el Pico Sacro, depositaron el cuerpo en un mausoleo romano del siglo I ubicado en una necrópolis en el Libredón.
El Milagro del Ermitaño Pelagio
Hacia la mitad del siglo IX, alrededor del año 829, un ermitaño llamado Pelagio vio unos extraños fenómenos en las estrellas sobre el bosque y escuchó cánticos angelicales. Este acontecimiento inició un fenómeno que transformaría no sólo su entorno inmediato, la zona de la romana Mansio Asseconia, sino toda Europa. Desde todos los confines del continente, millones de peregrinos han viajado a Compostela a lo largo de la historia, siguiendo lo que hoy conocemos como el Camino de Santiago.
La Construcción de la Primera Iglesia
Cuando el rey de Asturias Alfonso II “El Casto” conoce la noticia de boca del obispo de Iria Flavia , Teodomiro, ordena construir una pequeña iglesia que acoja dentro el Arca Marmorica , el mausoleo romano destinado para Atia Moeta en origen y donde fueron depositados los cuerpos de Santiago y de sus discípulos Atanasio y Teodoro. También manda construir un pequeño monasterio, San Salvador de Antealtares , para custodiar y adorar las reliquias, así como atender a los primeros peregrinos que empiezan a llegar tan pronto la noticia se expande por el mundo cristiano.
El Crecimiento del Culto a Santiago
Es importante tener en cuenta que en ese momento gran parte de la Península Ibérica estaba bajo el dominio musulmán, quienes buscaban expandirse más allá de los Pirineos. En el año 834, este templo recibió un Preceptum regio que lo convertía en sede episcopal, otorgándole poder sobre los territorios cercanos. Buscando protección, comenzaron a establecerse los primeros pobladores y grupos monacales de benedictinos encargados de la custodia de las reliquias. Estos fueron los primeros pasos hacia la futura Catedral de Santiago y la formación de la ciudad de Santiago de Compostela .
La Construcción de las Primeras Iglesias en Santiago de Compostela
La Catedral de Santiago de Compostela ha pasado por varias fases de construcción y reconstrucción a lo largo de los siglos. En esta sección, vamos a explorar cómo fueron las primeras iglesias que se levantaron para albergar a los fieles y peregrinos.
La Iglesia de Alfonso II y su Ampliación
La primera iglesia construida por Alfonso II pronto se quedó pequeña para la cantidad de fieles que acudían a venerar las reliquias del Apóstol Santiago. Por eso, entre el año 872 y el 899, su sobrino Alfonso III "El Grande" decidió levantar un templo más grande y majestuoso, utilizando el estilo visigótico de la época. Esta nueva iglesia tenía tres naves y unas proporciones generosas para su tiempo.
Materiales Lujosos y Construcción
Para la construcción de este nuevo templo, se utilizaron materiales lujosos, como piedra serpentina, pórfido rojo y mármol, que fueron traídos de la recién reconquistada ciudad de Coria. Esto no solo le daba un aspecto imponente, sino que también demostraba la importancia del lugar. Las excavaciones arqueológicas han confirmado el uso de estos materiales, tal como consta en el acta de consagración de la iglesia.
La iglesia tenía tres naves cubiertas con techumbre de madera y una cabecera amplia, diseñada para albergar el mausoleo romano de Santiago. El acceso principal se realizaba a través de un pórtico occidental. Además, adosada al muro norte, había una capilla baptisterio dedicada a San Juan Bautista. Numerosos restos de esta iglesia fueron encontrados en las excavaciones realizadas a mediados del siglo XX.
La Capilla de la Corticela
Contemporánea a esta basílica visigótica fue la Capilla de la Corticela, originalmente dedicada a San Esteban y actualmente a Santa María. Con el tiempo, esta capilla ha sufrido modificaciones románicas y de otros estilos, y hoy en día está integrada en la catedral como una capilla más. La Corticela nació para servir al monasterio de Pinario, fundado por el rey en las proximidades de la basílica, y sigue siendo una parroquia para extranjeros.
El Ataque de Almanzor
En el año 997, la basílica fue atacada por el caudillo árabe Almanzor, quien no solo asaltó la ciudad, sino que también prendió fuego a la iglesia y se llevó las puertas y campanas, que fueron trasladadas a sus palacios en Córdoba. Según la tradición, los prisioneros cristianos llevaron estos objetos a hombros. Cuando la ciudad fue reconquistada, las puertas y campanas fueron devueltas por los musulmanes como acto de desagravio.
Existe una leyenda que cuenta que la pila bautismal que hoy se encuentra en el brazo sur de la catedral pertenecía a esta basílica. Según la historia, el caballo de Almanzor bebió de ella y cayó fulminado al instante, ante tal sacrilegio.
Reconstrucción y Ampliación
A pesar del daño, el obispo San Pedro de Mezonzo y el rey Bermudo II se apresuraron a reconstruir la iglesia de Santiago. Sin embargo, pronto se volvió a quedar pequeña debido al creciente número de peregrinos que llegaban. Con la llegada del estilo románico a través del Camino Francés, el principal camino hacia Santiago, se inició la construcción de la actual Catedral de Santiago.
La Construcción de la Catedral de Santiago de Compostela
Inicio de las Obras
Las obras de la Catedral de Santiago de Compostela comenzaron en el año 1075, empezando por la Capilla del Salvador, bajo la supervisión del obispo Diego Peláez y con el rey Alfonso VI al mando. Esta fase inicial está documentada en las inscripciones de los capiteles y muros del edificio. Según el Códice Calixtino, el proyecto fue liderado por el Maestro Bernardo el Viejo, junto con Roberto y otros cincuenta canteros.
Interrupciones y Retomas
La construcción enfrentó su primer gran obstáculo cuando, debido a las turbulencias políticas, el obispo Diego Peláez fue encarcelado en 1087, lo que detuvo las obras. La situación cambió en 1093 con la llegada de Diego Gelmírez, quien asumió el papel de administrador y, posteriormente, en 1101, fue nombrado obispo de Santiago. Esto le permitió dar un fuerte impulso a las obras.
Entre 1095 y 1105, las labores se retomaron con fuerza, logrando la consagración de un crucero prácticamente terminado y con las fachadas laterales ya construidas. Incluso se redujo un tramo de la iglesia de la Corticela.
Maestros de Obra y Progresos
Se ha especulado sobre quiénes fueron los responsables de la obra durante este periodo. Algunos nombres mencionados son Bernardo el Joven y Esteban, aunque comúnmente se refiere a un maestro llamado de Platerías cuya identidad real sigue siendo un misterio.
El progreso continuó a buen ritmo y para 1112, la vieja basílica de Alfonso III fue demolida por considerarse un estorbo. Sin embargo, en 1117, las revueltas contra el obispo Gelmírez causaron daños significativos a las construcciones ya levantadas.
Reconstrucción y Continuación de las Obras
Después de las revueltas, Gelmírez regresó a su sede y reconstruyó su palacio episcopal, prosiguiendo con las obras de la catedral. En 1120, fue nombrado arzobispo, lo que le otorgó mayor autoridad y facilitó que Santiago se elevara a sede metropolitana, en detrimento de Mérida.
El Códice Calixtino y la Historia Compostelana ubican el fin de las obras entre 1122 y 1124. Sin embargo, la fachada occidental aún no estaba terminada. En 1168, el rey Fernando II firmó un contrato con el Maestro Mateo para finalizar la construcción de la iglesia, incluyendo la fachada occidental.
El Maestro Mateo y el Pórtico de la Gloria
El Maestro Mateo construyó los dos últimos tramos del cuerpo principal sin alterar significativamente el diseño existente. Su obra maestra fue el Pórtico de la Gloria, levantado con su genio y conocimientos traídos de Francia. Finalmente, el 21 de abril de 1211, la catedral fue consagrada solemnemente en presencia del arzobispo Pedro Muñiz y del rey Alfonso IX.
Transformaciones Posteriores
Hacia mediados del siglo XIII, el arzobispo don Juan Arias intentó construir una gran cabecera en estilo gótico. Aunque el plan no se concretó, parte del perímetro previsto quedó bajo las escaleras de la Quintana y al lado de la cabecera románica.
En el siglo XIII también se levantó un claustro adosado al sur de la nave central, aunque este fue sustituido en el Renacimiento por uno más grande y en un nivel superior. Además, en los siglos XIII y XIV se añadieron otras capillas y se reforzaron las defensas de la catedral debido a la turbulenta situación política.
Renacimiento y Cambios Barrocos
Desde 1521, se construyó un nuevo claustro plateresco sobre el antiguo, y en el Renacimiento se inició la tradición de la Puerta Santa para los años jubilares. Durante el barroco, la fachada medieval fue modificada, añadiendo elementos nuevos como las escaleras del Obradoiro y cambiando el coro pétreo de Mateo por uno de madera manierista.
Finalmente, la catedral ha continuado transformándose a lo largo de los siglos, adaptándose a los gustos y necesidades de cada época, pero siempre conservando su esencia como uno de los destinos de peregrinación más importantes del mundo.
Transformaciones de la Catedral de Santiago de Compostela
En los siglos XVII y XVIII, la Catedral de Santiago de Compostela experimentó las mayores transformaciones que la dejaron casi como la conocemos hoy. Estos cambios no solo afectaron al templo, sino también a los espacios adyacentes, con grandes plazas y majestuosos edificios vecinos relacionados con la basílica, como la Casa del Cabildo, la del Deán y la de la Conga.
Reformas del Canónigo Vega y Verdugo
A mediados del siglo XVII, el canónigo Vega y Verdugo puso en marcha un ambicioso plan de reformas, comenzando por la cabecera de la catedral. La Quintana, uno de los espacios más concurridos de la ciudad, era un caos de muros y capillas desordenadas. La fachada oriental, proyectada por José de la Peña de Toro, reorganizó este espacio, integrando capillas posteriores y abriendo el Pórtico Real, la Puerta Santa y la Puerta de los Abades. Al mismo tiempo, se sustituyeron las almenas por una crestería barroca de balaustres y pináculos.
Transformaciones en el Claustro
El claustro, que había comenzado a rodearse de nuevas dependencias como el Tesoro en la plaza de las Platerías, se completó en los siglos XVI, XVII y XVIII. Hacia el Obradoiro, trabajaron Gaspar de Arce y Juan de Herrera, con adiciones de Jácome Fernández y Lucas Caaveiro tras un incendio en 1751. Fernando de Casas añadió una pequeña fachada hacia la Plaza de las Platerías en 1720, y en 1705, Simón Rodríguez diseñó la gran concha jacobea en esta misma plaza.
La Fachada del Obradoiro
La fachada del Obradoiro es la obra que más influye en el aspecto barroco exterior de la catedral. El viejo hastial medieval fue reemplazado en 1738 por una nueva fachada barroca que representaba una apoteosis de Santiago y de la monarquía española. La cúpula del cimborrio gótico y la torre del reloj también fueron transformadas durante este periodo.
Intervenciones Barrocas en el Interior
Dentro de la catedral, las intervenciones barrocas fueron numerosas. La capilla mayor fue completamente transformada, con un monumental baldaquino y un nuevo camarín de Santiago. Desde el siglo XIX, el mausoleo romano y las reliquias del apóstol se hicieron visitables. El Botafumeiro, un incensario gigante, también es una de las características más destacadas del interior.
Neoclasicismo y Cambios Finales
A finales del barroco y entrando en el neoclasicismo, se derribó la Fachada del Paraíso del brazo norte del transepto y se construyó una nueva fachada en estilo neoclásico. La capilla de la Comunión, la más "moderna" de las capillas de la catedral, fue diseñada por Domingo Lois Monteagudo en estilo clásico. Aunque algunos proyectos del obispo Sebastián Malvar no se llevaron a cabo, la catedral continuó recibiendo aportaciones en los estilos "neo" del siglo XX y diseños más modernos como las nuevas hojas de bronce de la Puerta Santa en 2004.
Estas transformaciones a lo largo de los siglos han hecho de la Catedral de Santiago de Compostela un monumento que refleja una rica historia artística desde el prerrománico hasta el neoclásico, y que sigue siendo un importante destino de peregrinación y admiración.
El Museo y el Archivo de la Catedral de Santiago: Un Viaje en el Tiempo
Explorando la Catedral: Desde los Tejados hasta el Palacio de Gelmírez
El Museo de la Catedral de Santiago es un tesoro para todos los que quieren conocer a fondo este impresionante lugar. Aquí puedes explorar casi todos los rincones del complejo catedralicio, desde los tejados hasta el claustro, pasando por las tribunas, los cuartos que lo rodean y el palacio de Gelmírez. Además, puedes descubrir piezas que formaron parte de espacios que ya no existen, como el claustro gótico, capillas antiguas y fachadas desaparecidas. Verás ornamentos como tímpanos, esculturas y partes de retablos y coros, así como documentos que cuentan la historia de la Iglesia de Santiago, como los Tumbos A, B y C, la Historia Compostelana y el famoso Códice Calixtino.
El Tesoro de la Catedral: Un Banquete para los Ojos
El Tesoro de la catedral te dejará boquiabierto con su colección de piezas en materiales preciosos, muchas de ellas donadas por peregrinos ilustres como reyes, militares y eclesiásticos. También hay una impresionante colección de textiles, desde exóticas telas medievales del Lejano Oriente hasta el gallardete de la Batalla de Lepanto del siglo XVI, y ricas vestimentas litúrgicas.
La Increíble Colección de Tapices
No te puedes perder la colección de tapices, una de las mejores de España, con obras basadas en cartones de Rubens, Teniers y Goya, entre otros.
El Codex Calixtinus: Una Joya Literaria
Entre los tesoros del Archivo de la Catedral destaca el famoso Codex Calixtinus. Este libro se hizo tristemente famoso hace unos años por su sorprendente robo, aunque afortunadamente fue recuperado. Aunque se creía que fue escrito por el papa Calixto II, hoy se duda de su autoría completa. Sin embargo, su influencia es innegable, igual que la de la abadía francesa de Cluny. El Codex Calixtinus incluye cinco libros y algunos apéndices, con temas que van desde la liturgia de Santiago hasta milagros y guías para peregrinos.
Los Tumbos: Testigos de la Historia
Otro documento importante es el Tumbo A, una colección de escritos iniciada por el tesorero de la catedral en 1127. Este manuscrito incluye documentos de reyes, nobles y obispos, así como benefactores de la iglesia. Es famoso por sus miniaturas que representan a los personajes de la realeza de la época.
El Tumbo B, iniciado en 1326, recopila documentos similares y algunos nuevos. Este también está adornado con miniaturas, aunque de menor calidad técnica que las del Tumbo A. Destaca una representación de Santiago como guerrero, una imagen que algunos creen es la primera del Santiago Matamoros.
El Breviario del Canónigo Miranda: Un Tesoro de la Edad Media
En el archivo también se encuentra el Tumbo C y el Breviario del Canónigo Miranda, un manuscrito del siglo XV ricamente decorado. Aunque no se sabe con certeza quién encargó esta obra, se cree que pudo ser Fernando Bermúdez de Castro o el arzobispo Rodrigo de Luna.
Un Viaje Fascinante
Visitar el Museo y el Archivo de la Catedral de Santiago es un viaje fascinante a través de la historia y el arte, una oportunidad única para descubrir los secretos mejor guardados de este impresionante monumento.El Origen del Camino de Santiago y la Historia de las Peregrinaciones a Santiago de Compostela
La Pregunta del Millón: ¿Cuándo Estuvo el Apóstol Santiago en Santiago?
Muchos visitantes de la Catedral de Santiago se preguntan: “¿Cuándo estuvo el apóstol Santiago en Santiago?” o “¿Cómo se llamaba la ciudad antes de ser Santiago de Compostela?”. Estas preguntas tienen respuestas que combinan hechos históricos con leyendas fascinantes.
Las Leyendas del Apóstol Santiago en Galicia
El apóstol Santiago no peregrinó al templo que acoge su sepulcro. Sin embargo, hay leyendas que dicen que visitó la región, como aquella que lo sitúa en la Costa da Morte. En Muxía, muchos peregrinos completan su Camino visitando el Santuario de la Virxe da Barca, donde se cuenta que la Virgen se apareció milagrosamente a un desalentado Santiago en una barca de piedra. Hoy, estas piedras milagrosas están en el santuario, conocidas como la "Pedra de abalar" (la vela), la "Pedra dos cadrís" (los riñones) y la piedra del timón.
La Virgen del Pilar y el Apoyo Milagroso
Otra leyenda famosa es la aparición de la Virgen del Pilar a Santiago en Zaragoza, también para darle ánimo en su misión de predicar.
Los Hechos Históricos: Martirio y Traslación
Independientemente de estas historias, sabemos que Santiago fue decapitado por el rey Herodes Agripa I en el año 44, siendo el primer apóstol en sufrir martirio. Sus discípulos, Atanasio y Teodoro, recogieron su cuerpo y lo llevaron en una barca, llegando tras siete noches de travesía a las costas de Galicia.
Ataron su barca a una antigua ara romana en Padrón y pidieron ayuda a la reina Lupa para enterrar el cuerpo. Lupa les dio un carro tirado por toros bravos que, al contacto con el cuerpo de Santiago, se volvieron mansos. En su viaje, derrotaron a un dragón en el monte Illicinus, conocido hoy como Pico Sacro debido a este milagro.
Finalmente, llegaron a una necrópolis romana en el bosque del Libredón, donde enterraron el cuerpo de Santiago en un mausoleo de mármol, conocido como el Arca Marmorica. Este evento es conocido como la Translatio, mencionada por primera vez en la Carta del papa León del siglo IX, incluida en el Códice Calixtino.
El Descubrimiento del Sepulcro y las Primeras Peregrinaciones
El descubrimiento del sepulcro de Santiago en el siglo IX, confirmado por el obispo de Iria y el rey Alfonso II, atrajo a los primeros peregrinos. La noticia se extendió por Europa, ayudada por la corte carolingia, y se habla incluso de una peregrinación legendaria de Carlomagno.
El Auge de las Peregrinaciones en la Edad Media
Los primeros peregrinos eran gallegos y asturianos, pero en el siglo X, las peregrinaciones se hicieron internacionales, con francos llegando a Santiago. El siglo XI vio un aumento significativo en las peregrinaciones, impulsadas por la Reconquista, la abadía de Cluny y la promoción de las monarquías navarra y castellano-leonesa.
Las Rutas del Camino de Santiago
Se establecieron cuatro rutas principales desde Francia, que se unían en Puente la Reina para formar el Camino Francés, la ruta más popular aún hoy. A lo largo de esta ruta, surgieron importantes ciudades, y en el siglo XII, los peregrinos ya encontraban una nueva catedral en construcción en Santiago.
El primer arzobispo, Gelmírez, impulsó las obras y obtuvo del papa Calixto II el privilegio de los Años Santos o Jubilares. Es en este siglo cuando se escribe la primera guía de peregrinos, el “Libro V” del Códice Calixtino, que recoge milagros atribuidos a Santiago y menciona peregrinos de toda Europa, incluyendo a reyes como Sigur Jorsalfar de Noruega y Luis VII de Francia.
Las Rutas del Sur y del Mar
Otras rutas importantes fueron la Vía de la Plata desde el sur y el Camino Inglés desde las costas de Ferrol o Coruña. Desde el siglo XIII, las rutas marítimas desde Inglaterra, Irlanda y Escandinavia se volvieron más populares, y personajes como Santa Brígida de Suecia peregrinaron a Santiago.
Los Peligros del Camino y los Símbolos del Peregrino
El Camino de Santiago no estaba exento de peligros, con salteadores y numerosos peajes. Los peregrinos usaban bastones y morrales, y al llegar a Santiago, la concha de vieira era prueba de su peregrinación. La concha se convirtió en símbolo de Santiago y su Catedral, una tradición que continúa hasta hoy.
El Legado del Camino de Santiago
Desde sus orígenes en el siglo IX, millones de personas han peregrinado a Santiago, contribuyendo a la formación de la identidad europea y dejando un legado histórico y artístico impresionante. La Catedral de Santiago, con su rica historia y secretos, es un testimonio de esta fascinante tradición.