El Claustro
Descubre la fascinante historia y arquitectura del Claustro de la Catedral de Santiago, un destacado monumento gótico-renacentista en España.
Todo lo que necesitas saber sobre El Claustro: Historia, Arquitectura y Significado
¿Cuáles son los principales hitos de la historia del Calustro?
El Claustro de la Catedral de Santiago, una joya arquitectónica de profundo significado histórico y artístico, se erige majestuoso en el corazón del complejo catedralicio, enriqueciendo el entorno con su imponente presencia. Este claustro, de planta cuadrada y dimensiones generosas, es testimonio de la maestría de varios arquitectos que, a lo largo de los siglos, contribuyeron a su construcción y embellecimiento, fusionando elementos góticos y renacentistas para crear una obra de singular belleza.
La historia del claustro se remonta al siglo XIII, cuando el arzobispo Juan Arias impulsó la construcción de un claustro de menor tamaño y en un nivel inferior al actual. Sin embargo, sería en el siglo XVI cuando se iniciaría el proyecto más ambicioso, con la intervención de destacados arquitectos como Juan de Álava, Rodrigo Gil de Hontañón y Gaspar de Arce. Aunque las obras comenzaron en 1521, diversos obstáculos, como disputas entre la mitra compostelana, la nobleza y la burguesía, retrasaron su finalización hasta 1590.
La estructura arquitectónica del claustro es impresionante, con crujías amplias y bóvedas estrelladas que se apoyan en altas ménsulas, adornadas con una variedad de claves esculpidas. La balaustrada calada con pináculos que corona el claustro añade un toque de gracia y ligereza a su imponente presencia. En su interior, el friso que recorre todo el perímetro está decorado con motivos alusivos al triunfo de la resurrección sobre la muerte, reflejando su función como cementerio de canónigos.
El claustro alberga diversas dependencias de gran interés, como la Sala Capitular, la sacristía, el archivo-biblioteca de la catedral y la capilla de Alba, esta última destacando por su retablo con la Transfiguración de Jesús. Además, las puertas de acceso al claustro, verdaderas obras de arte plateresco, revelan la destreza de los escultores que las crearon, con una iconografía rica en simbolismo religioso y referencias a la historia de la catedral.
Hoy en día, el claustro forma parte del recorrido del Museo de la Catedral de Santiago, permitiendo a los visitantes explorar su belleza arquitectónica y sumergirse en su fascinante historia. Además de albergar una colección de heráldica y sarcófagos de canónigos, el claustro es testigo de la riqueza cultural y espiritual que ha caracterizado a la catedral a lo largo de los siglos.
En resumen, el Claustro de la Catedral de Santiago es mucho más que un simple espacio arquitectónico; es un monumento que encierra siglos de historia, arte y religiosidad, invitando a quienes lo visitan a maravillarse con su belleza y a reflexionar sobre el legado de aquellos que lo construyeron.
¿Cuándo se inició la construcción del Claustro?
¿Qué podemos ver en el Calustro?
El Calustro alberga una serie de elementos arquitectónicos y artísticos de gran importancia histórica y cultural. Entre los aspectos más destacados que podemos encontrar en el claustro están:
- Dimensiones y estilo arquitectónico: El claustro tiene una planta cuadrada de treinta y cuatro metros de lado y presenta un estilo gótico-renacentista de la escuela castellana. Su diseño es obra de arquitectos como Juan de Álava, Juan Gil de Hontañón y Gaspar de Arce.
- Balaustrada calada con pináculos: La balaustrada que corona el claustro está adornada con una estructura calada y pináculos, añadiendo un toque elegante y decorativo a su arquitectura.
- Sepulturas: Como es habitual en los antiguos claustros, se encuentran sepulturas de personajes relacionados con la catedral, lo que refleja su función como lugar de enterramiento para figuras importantes.
- Capilla de Alba: Ubicada en el lado norte del claustro, la capilla de Alba fue fundada en 1530 y alberga un retablo con la Transfiguración de Jesús, una obra del siglo XVIII.
- Campanas originales de la torre del Reloj: En un ángulo del claustro se encuentran las campanas originales de la torre Berenguela, añadiendo un elemento histórico y sonoro al espacio.
- Acceso a la Sala Capitular y al Archivo-Biblioteca: Desde el claustro se puede acceder a la Sala Capitular, edificada por Lucas Ferro Caaveiro, y al Archivo-Biblioteca de la catedral, que alberga manuscritos importantes como el Codex Calixtinus del Liber Sancti Iacobi.
- Iconografía y simbolismo: Las puertas de acceso al claustro presentan una iconografía rica en simbolismo religioso y referencias a la historia de la catedral, con figuras como Santiago y San Ildefonso.
- Uso actual: Hoy en día, el claustro forma parte del recorrido del Museo de la Catedral de Santiago, donde se exhiben colecciones de heráldica, sarcófagos de canónigos y lápidas de bronce de arzobispos, entre otros objetos de interés histórico y artístico. Además, sigue siendo utilizado como cementerio de canónigos, manteniendo viva su tradición funeraria.
¿Quiénes fueron los arquitectos involucrados en la construcción?
¿Cómo es la arquitectura del Claustro?
¿Qué función tiene el Claustro en la actualidad?
¿Qué elementos decorativos destacan en el Claustro?
Historia completa: El Claustro
Entre las muchas obras que el arzobispo Gelmírez impulsó en la basílica compostelana, hubo una que parece que quedó por hacer, pese a que tenemos noticias del interés que despertaba y de algunas donaciones para tal fin. Se trata de la construcción de un claustro anejo a los muros de la catedral. Habría que esperar hasta los años centrales del siglo XIII para que el arzobispo Juan Arias diera un nuevo impulso constructivo en la sede compostelana, que ya sería en clave gótica. Además de otras obras, levantó un claustro. Éste se encontraba más o menos en la misma ubicación que el actual, pero a un nivel inferior y siendo de menor tamaño. Sus restos arqueológicos se conservan en los subterráneos de la catedral. Entre ellos hay algunos sarcófagos que nos hablan del uso funerario del recinto, además de la base de un torreón defensivo del siglo XIV, llamado de Gómez Manrique.
Historia y Construcción
Este claustro medieval sufrió el envite de las disputas entre la mitra compostelana, la nobleza gallega y la burguesía, por lo que a la estrechez de sus espacios se unía su deterioro cuando, en el año 1505, Alonso III de Fonseca destinó un millón de maravedíes para la obra, que no se iniciaría hasta 1521. Fue encargada a Juan de Álava, quien dirigió los trabajos hasta su muerte, en 1537. Sería Rodrigo Gil de Hontañón quien las continuaría, con la intervención de algún otro maestro, prolongándose hasta 1590. Las obras empezaron con celeridad, pero pronto se ralentizaron habiendo de superar ciertos obstáculos, como el derribo de una manzana de tiendas de plateros hacia 1540.
Características Arquitectónicas
La dilatación del proyecto no hizo que se alterase el plan inicial de Juan de Álava. El resultado es uno de los mejores y mayores claustros de España, con crujías de treinta y cuatro metros de largo y seis de ancho. En su concepción arquitectónica, es un claustro aún gótico, pero ya renacentista en la decoración. Se cubre con estrelladas bóvedas con variedad de claves. Éstas arrancan de altas ménsulas, y cada tramo de los cinco por crujía que las forman lleva un contrafuerte exterior con múltiples pináculos. En la parte más alta hay que destacar la calada crestería.
Todavía hoy, uno de los usos del claustro es el de servir de cementerio de canónigos. A este fin funerario alude el friso que recorre todo el perímetro en el interior, con temas alusivos al triunfo de la resurrección sobre la muerte. Es un friso que se curva entorno a las ventanas y en la puerta que da acceso al cuarto del antiguo Tesoro, en el brazo sur del transepto, para rodear el escudo del mecenas Fonseca.
Dependencias y Usos
Otras dependencias se abren al interior del claustro, y su variado estilo ya nos habla de lo dilatada en el tiempo que fue la construcción. Se trata de la antesacristía y sacristía, el tesoro, la capilla de las Reliquias, la capilla de Alba, el vestíbulo del claustro, la capilla de Ánimas, el vestuario de Canónigos y el acceso al Archivo Catedralicio.
Forman parte del proyecto del claustro las puertas de acceso al mismo, situadas en el brazo sur del transepto en el interior de la catedral. Son portadas-retablo a modo de arco de triunfo que se adaptan con su estilo plateresco al marco románico que las acoge. Presentan un perfecto equilibrio geométrico y una delicada decoración escultórica labrada por el Maestro Arnao, colaborador de Juan de Álava.
Iconografía y Simbolismo
La portada de acceso a la sacristía y al claustro tiene una iconografía relacionada con la capilla de Reliquias y tesoro jacobeo, con dos figuras de Santiago y de San Ildefonso, patrón de Alonso III de Fonseca, y Santiago protector desde la Gloria en el frontón. Hace también alusiones a la sabiduría relacionadas con el fundador. Al lado de esta portada vemos a otra idéntica en su estructura, decoración de candelieri, ángeles con antorchas, putti, águilas y grifos protectores, pero en este caso las hornacinas acogen una Anunciación y Encarnación del Hijo de Dios. Corona el frontón un Dios Padre bendiciendo. Todo alude al pecado y a la salvación, introduciendo el mensaje de muerte y resurrección del interior del claustro.
Legado y Uso Actual
Anejas al claustro, la antesacristía y sacristía – esta última de gran altura y generosas proporciones, – presentan bóvedas también estrelladas. Se guarda en estas dependencias una colección de importantes cuadros de los siglos XVII, XVIII y XIX, siendo visible desde las naves del templo el Santiago Sedente del siglo XIX, obra del compostelano Juan Antonio García de Bouzas. La gran araña que alumbra la sacristía, que estuvo muchos años ante el altar mayor, está hecha de bronce, y fue donada por el político compostelano Eugenio Montero Ríos en 1895.
Hoy el claustro forma parte del recorrido del Museo. En él, además de las tumbas de los últimos canónigos fallecidos, se guarda una importante colección de heráldica relacionada con la nobleza gallega, sarcófagos de canónigos de los siglos XIV al XVI aparecidos en diferentes excavaciones en varias partes de la catedral, y una colección de lápidas de bronce de arzobispos de los siglos XVII y XVIII.
Fuera de las crujías, en el centro del claustro, está el vaso de granito gallonado que pertenecía a la Fons Mirabilis de enfrente de la antigua Puerta Francígena para servicio de peregrinos y compostelanos. En una esquina se exhiben las viejas campanas de la Torre del Reloj, fundidas en el siglo XVIII y sustituidas por las que oímos hoy a finales del siglo XX. Por último, en la esquina opuesta, una obra contemporánea conmemora el 800 aniversario de la consagración en 1211.