Capilla del Espíritu Santo
Santiago de CompostelaLa Capilla del Espíritu Santo: Un Rincón Histórico en la Catedral de Santiago
La Capilla del Espíritu Santo, también conocida como Capilla de Sancti Spiritus, es uno de esos rincones que respiran historia dentro de la Catedral de Santiago de Compostela. Esta capilla tiene sus orígenes en el siglo XIII, cuando Pedro Vidal decidió construir aquí su panteón personal, aprovechando el espacio de la antigua Puerta de Santa María. Su biznieto, el arcediano Gonzalo Pérez de Moscoso, fue quien le dio la forma alargada y añadió la bóveda apuntada que todavía hoy se puede admirar.
Un Espacio Transformado con el Paso del Tiempo
A lo largo de los siglos, la capilla ha sufrido varias reformas. En el siglo XVI, Jácome García realizó algunas obras en 1526, y más tarde, en 1541 y 1567, se llevaron a cabo trabajos en la cabecera y la sacristía. El famoso arquitecto Domingo de Andrade también dejó su huella en la capilla, especialmente en la portada y la tribuna que se añadió en tiempos del arzobispo Monroy.
Un Lugar de Reposo Eterno
El carácter funerario de la capilla es evidente por la cantidad de sepulcros que alberga. Hay un total de siete, cada uno con su propia historia. A la izquierda, encontramos el sepulcro del chantre Juan de Melgarejo, fallecido en 1534, con una figura yacente de rostro expresivo. Al otro lado, está el sepulcro del canónigo cardenal Pedro Varela, de 1574. El propio fundador de la capilla, Pedro Vidal, está enterrado en el lateral izquierdo, acompañado por las tumbas del mercader Francisco de la Peña y del arzobispo Alonso Sánchez de Moscoso. Sobre la tumba de este último, aún se conserva una pintura del Descendimiento de la Cruz, datada en el siglo XVI.
Aunque los yacentes de esta capilla son menos realistas y más hieráticos que otros en la catedral, llevan consigo los símbolos que los identifican, como báculos o mitras. El arzobispo Moscoso es fácilmente reconocible por su escudo, que adorna el almohadón bajo su figura. También hay otro sepulcro, el del regidor Fructuoso Gallo, que murió en 1564 y fue enterrado junto a su esposa, doña Isabel de Monteser.
Elementos Arquitectónicos Únicos
Los sepulcros están cobijados bajo un arco apuntado decorado con llamativas arquitecturas de castelletes y arcos trilobulados, adornados con figuras de ángeles. Estos elementos arquitectónicos, junto con el gran arco trilobulado que da acceso a la capilla, son herencia del estilo utilizado por el taller del Maestro Mateo en su coro pétreo, y recuerdan al sepulcro de la iglesia de la Magdalena en Zamora.
El Retablo y la Virgen de la Soledad
En la parte trasera de la capilla se encuentra un retablo que fue añadido después de 1945, tras la retirada del coro de madera que había reemplazado al original de Mateo en la catedral. Este retablo está dedicado a la Virgen de la Soledad, una imagen de 1666 realizada por un taller madrileño. La Virgen está acompañada por un frontal y una peana de plata, obra del orfebre Antonio de Morales, creada en 1747.
Acceso y Detalles Adicionales
Para acceder a la Capilla del Espíritu Santo, se atraviesa una reja, posiblemente diseñada por Domingo de Andrade, que cierra el paso desde la nave del transepto. Justo encima, se puede ver una de las cruces de consagración de la catedral, un detalle que conecta este espacio con la rica historia del templo.