El Botafumeiro
Santiago de CompostelaEl Botafumeiro de la Catedral de Santiago de Compostela
El Botafumeiro, conocido como el "Rey de los incensarios" o "Turibulum mágnum" en latín, es uno de los elementos más famosos y tradicionales de la Catedral de Santiago de Compostela. Es icónica la imagen de este gran incensario recorriendo las naves del crucero, casi tocando las bóvedas, entre una nube de humo de incienso.
Uno de los recuerdos más típicos que los turistas y peregrinos se llevan de su visita a Santiago de Compostela son las reproducciones en miniatura del Botafumeiro. Los más exquisitos son los realizados en plata por los orfebres de la Plaza de las Platerías. El nombre de Botafumeiro proviene del gallego, formado por el verbo "botar" (echar) y "fume" (humo), lo que literalmente significa "el que echa humo".
Orígenes y Uso
La primera referencia documental al Botafumeiro se encuentra en una nota marginal de 1322 en el Códice Calixtino, donde se menciona su uso en la procesión del relicario de Santiago Alfeo. Igual que hoy, servía para dar solemnidad a las celebraciones litúrgicas, ya que el humo del incienso simboliza las oraciones de los fieles ascendiendo al cielo.
Durante la Edad Media, la Catedral de Santiago nunca cerraba sus puertas y los peregrinos podían entrar a cualquier hora, incluso pernoctar en las tribunas. Esto hacía necesario purificar el aire y darle un mejor olor, por lo que el incensario aquí es especialmente grande, permitiendo quemar más incienso y expandir su aroma por todas las naves. Se dice que hubo otros incensarios de gran tamaño en catedrales como las de Orense, Tuy, Zamora e incluso en Roma.
Mecanismo y Funcionamiento
El impresionante movimiento oscilante del Botafumeiro, que pesa aproximadamente 50 kilogramos y alcanza unos 20 metros de altura, se debe al ingenio de Juan Bautista Celma, un polifacético hombre del Renacimiento. A finales del siglo XVI, se sustituyó el viejo sistema de vigas de madera por uno de hierro fundido en Vizcaya, permitiendo mayor velocidad y altura en el balanceo. El Botafumeiro cuelga bajo el cimborrio de la catedral y su diseño evita que llegue a estrellarse contra la bóveda, quedándose a escasos metros de distancia con una inclinación de 82 grados.
Ocho hombres, conocidos como tiraboleiros, son los encargados de hacer posible este movimiento pendular. Tiran de las cuerdas que enlazan con una gruesa maroma de 60 milimetros de diámetro. Cuando el incensario no está atado, la maroma se mantiene tensa y decorada con una "alcachofa" de alpaca, adornada con motivos vegetales.
Historia y Curiosidades
A lo largo de los siglos, varios incensarios han sido utilizados en la catedral. El Botafumeiro anterior al actual fue robado por las tropas francesas durante la invasión de 1808. El actual, hecho de latón bañado en plata, fue diseñado por el orfebre compostelano José Losada en 1851. En 1971, se realizó una copia en plata, donada por la Hermandad de Alféreces Provisionales, y otra réplica se encuentra en una tienda de recuerdos en la Rúa del Villar.
Existen varias historias y leyendas sobre incidentes con el Botafumeiro. Una de las más conocidas es la que presenció Catalina de Aragón en 1499, cuando el incensario salió despedido por la puerta de las Platerías y se estrelló en la plaza. Otros incidentes ocurrieron en 1622 y 1937, cuando el Botafumeiro se desvió de su trayectoria.
Hoy en día, el Botafumeiro se utiliza en misas solemnes y su funcionamiento suele ir acompañado del Himno al Apóstol. También se puede solicitar su uso para ceremonias especiales, especialmente por grupos de peregrinos.
El Botafumeiro es, sin duda, una de las atracciones más impresionantes de la Catedral de Santiago de Compostela, combinando tradición, historia y una espectacularidad que deja a todos los presentes maravillados.