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El Pórtico de la Gloria, la joya románica de la catedral de Santiago de Compostela
El Pórtico de la Gloria, obra románica del Maestro Mateo (1168-1188), representa el Apocalipsis y simboliza el paso hacia la gloria. Es una joya escultórica del Camino de Santiago.
Contenido
- 1Introducción: El Pórtico de la Gloria y su Significado
- 2Descripción del Pórtico de la Gloria
- 2.1 Tímpano central: visión apocalíptica y estructura simbólica
- 2.2 Parteluz: eje simbólico del mensaje salvífico
- 2.3 Estatuas-columna y basas: fundamento teológico y escultórico
- 2.4 Arcos laterales: complementos iconográficos
- 2.5 Conclusión
- 3La Cripta: El Fundamento Silencioso del Pórtico de la Gloria
- 3.1 Una solución estructural brillante
- 3.2 Diseño y simbolismo
- 3.3 Influencias artísticas y transición al gótico
- 3.4 Funciones adicionales y transformaciones
- 3.5 Un espacio esencial en la arquitectura y espiritualidad jacobea
- 4La Tribuna del Pórtico de la Gloria: Un Espacio de Luz y Simbolismo
- 5El Mensaje del Pórtico de la Gloria: Un Relato de Salvación y Eternidad Tallado en Piedra
- 5.1 Un Programa Iconográfico Único
- 5.2 La Luz como Elemento Simbólico
- 5.3 El Mensaje del Pórtico
- 5.4 Detalles Escultóricos y Simbolismo
- 5.5 Legado del Maestro Mateo
- 5.6 Una Obra para la Eternidad
- 6Restauración del Pórtico de la Gloria
- 7Preguntas frecuentes
- 8Galería fotográfica
Introducción: El Pórtico de la Gloria y su Significado
El Pórtico de la Gloria es una de las obras maestras del arte románico europeo y uno de los elementos más emblemáticos de la Catedral de Santiago de Compostela. Diseñado y esculpido por el genial Maestro Mateo a finales del siglo XII, este conjunto escultórico no solo representa una proeza técnica y artística, sino también un profundo mensaje teológico y espiritual dirigido a los peregrinos que, tras un largo viaje, alcanzaban la tumba del Apóstol Santiago.
Ubicado en la entrada occidental de la catedral, el Pórtico sirvió como umbral simbólico entre el mundo terrenal y el ámbito sagrado del templo. A través de sus más de doscientas figuras esculpidas en piedra, se despliega una compleja iconografía inspirada en el Apocalipsis de San Juan, la tradición jacobea y los valores cristianos de la Edad Media. Todo en esta monumental portada está cuidadosamente pensado: desde la disposición jerárquica de los personajes hasta el uso de la luz natural para resaltar determinadas escenas.
Además de su función devocional, el Pórtico fue concebido como una “Biblia en piedra”, accesible incluso para los fieles analfabetos, que podían comprender los misterios de la fe cristiana a través de sus imágenes. La majestuosidad de Cristo en el Juicio Final, la presencia del Apóstol Santiago en el parteluz y la sinfonía de ángeles y bienaventurados que pueblan los arcos laterales, configuran un mensaje de esperanza, redención y gloria eterna.
El Pórtico de la Gloria no es solo una puerta de entrada a un templo: es una invitación al conocimiento, a la contemplación y a la trascendencia. Su belleza y su simbolismo lo han convertido en un icono universal, admirado por creyentes, estudiosos y visitantes de todo el mundo.
El Pórtico de la Gloria es mucho más que una entrada arquitectónica: es una obra maestra del arte románico que condensa en piedra el mensaje espiritual, teológico y artístico de toda la Catedral de Santiago. Concebido y ejecutado por el Maestro Mateo en el siglo XII, este conjunto escultórico marca la culminación del románico en la península ibérica y el tránsito hacia el gótico, tanto por su expresividad como por su ambición conceptual.
Situado en la fachada occidental de la catedral, el Pórtico está formado por tres arcos que corresponden a las naves del templo, coronados por un impresionante tímpano central que representa la visión del Apocalipsis según San Juan. A ambos lados, los arcos laterales albergan figuras de profetas, apóstoles y ángeles músicos, configurando una sinfonía visual que guía al visitante desde lo humano hasta lo divino.
Uno de los elementos más emblemáticos es el parteluz central, donde aparece la figura majestuosa del Apóstol Santiago, como intercesor y anfitrión del peregrino. A sus pies, una columna desgastada por millones de manos de fieles que durante siglos buscaron consuelo, protección y la bendición del santo.
Todo el conjunto está pensado como un programa iconográfico integral, donde cada figura, gesto y símbolo contribuye a una narrativa visual de redención y esperanza. El Maestro Mateo, con un conocimiento profundo tanto de la teología como del lenguaje escultórico, logró una obra que trasciende el tiempo y continúa emocionando a quien la contempla.
Hoy, el Pórtico de la Gloria es no solo uno de los mayores tesoros del arte medieval europeo, sino también un poderoso símbolo del Camino de Santiago y del patrimonio espiritual y cultural que representa.
Descripción del Pórtico de la Gloria
El Pórtico de la Gloria se erige como un compendio visual y teológico del mensaje cristiano, desarrollado principalmente en su arco central y complementado por los arcos laterales, todo ello configurado por el ingenio del Maestro Mateo y su taller hacia el año 1200.
Tímpano central: visión apocalíptica y estructura simbólica
En el gran tímpano central se representa la visión del Apocalipsis según San Juan. En el eje vertical del conjunto preside un Cristo en Majestad, sedente y mostrando las llagas de la Pasión, como Rey del Cielo y la Tierra. A su alrededor se disponen los cuatro Evangelistas con sus respectivos símbolos –el Tetramorfos–: el águila (Juan), el toro (Lucas), el hombre (Mateo) y el león (Marcos). Todos están rodeados por una ondulación simbólica que representa el “mar de cristal” del texto bíblico.

En la parte inferior del tímpano, una serie de ángeles en hilera portan los instrumentos de la Pasión, respetuosamente cubiertos con telas si tocaron directamente el cuerpo de Cristo. Su ejecución escultórica es más arcaizante: de posturas rígidas y rostros inexpresivos, lo que contrasta con el preciosismo general de la obra.
Por encima de estos ángeles, encontramos dos coros de bienaventurados: al norte, las almas procedentes de las tribus de Israel, y al sur, las que han pasado la “gran tribulación” del Juicio Final. En ambos grupos se observa una gran variedad expresiva: figuras que rezan, dialogan entre sí, señalan o reciben coronas de ángeles volantes, en una representación rica en humanidad y dinamismo.
El conjunto está enmarcado por las arquivoltas historiadas en las que se representan los veinticuatro ancianos del Apocalipsis, tocando instrumentos musicales medievales con tal nivel de detalle que han podido ser reproducidos y afinados con éxito. Estos ancianos, coronados y vestidos de blanco, sostienen también frascos con las oraciones de los santos, y se relacionan entre sí en parejas con gran expresividad. El grupo central que ejecuta el organistrum rompe el eje vertical del parteluz, aportando dinamismo compositivo.



Gracias a la estructura ideada por Mateo, el tímpano no es portante, lo que permite una mayor libertad escultórica. Todo el conjunto reposa sobre dinteles inscritos con la fecha de colocación (1188) y el reconocimiento al Maestro Mateo como director de la obra desde los cimientos.
Parteluz: eje simbólico del mensaje salvífico
El parteluz central, que divide el arco en dos, se convierte en el eje simbólico del Pórtico. Es un haz de seis columnas labradas en un único bloque de granito, demostración del virtuosismo técnico del taller. Sobre él se adosa una columna de mármol donde aparece el primer Árbol de Jesé hispánico: desde el tronco de Jesé brotan David, Salomón y finalmente la Virgen María, cuya posición aislada reafirma su pureza.


El capitel que corona esta columna representa la Santísima Trinidad, tipo “paternitas”, con Dios Padre sosteniendo a Cristo Hijo, sobre quien vuela la paloma del Espíritu Santo. Esta escena, aún con restos de policromía, es una de las más delicadas del conjunto.

A sus pies, en la basa, encontramos la figura del Maestro Mateo, arrodillado y mirando al altar, identificado como el "Santo dos croques". Esta escultura ha dado lugar a la tradición estudiantil de dar “cabezazos” pidiendo sabiduría. A un lado, la figura que algunos identifican como Sansón, otros como Adán, flanqueado por leones cuyas fauces permitían antiguamente el paso de la luz.

Sobre el parteluz, se alza la figura de Santiago Apóstol entronizado, portando báculo en forma de “tau” y una filacteria con el mensaje: “Me envía el Señor”. Su corona de bronce con pedrería gótica es el único elemento no pétreo del conjunto.

Estatuas-columna y basas: fundamento teológico y escultórico
El tímpano se apoya sobre dos niveles de columnas: las inferiores, de granito y mármol, y las superiores, estatuas-columna, idea tomada del arte francés. Las basas que las sustentan no son simples: están esculpidas con seres fabulosos del bestiario medieval –grifos, leones, osos, dragones– que representan los vicios y pecados aplastados por la Gloria de Dios.

Las estatuas-columna del vano central representan figuras bíblicas emparejadas en dos grupos:
- En el lado norte, aparecen Moisés, Isaías, Daniel, Jeremías y Santiago el Mayor.
- En el lado sur, encontramos Pedro, Pablo, Santiago el Menor y Juan.
Estas figuras presentan una notable expresividad y un tratamiento del paño innovador. La famosa "sonrisa de Daniel" es una de las cumbres del arte escultórico medieval. Sobre sus cabezas, los capiteles muestran vegetación exuberante y bestiario simbólico, reforzando el mensaje apocalíptico.

Arcos laterales: complementos iconográficos
Los arcos norte y sur del Pórtico no poseen tímpano, pero sus arquivoltas historiadas siguen la iconografía general:
- En el arco sur, las figuras están dispuestas en disposición radial. Según diversas interpretaciones, aquí se representa:
- El limbo de los justos y el descenso de Cristo al Hades.
- Las tribus de Israel atrapadas por la Ley de Moisés (simbolizada por el arco).
- Cristo coronado en el centro con Adán, Eva y los patriarcas (Noé, Abraham, Moisés, David, etc.).
Las figuras reposan sobre estatuas-columna difíciles de identificar, aunque podrían representar apóstoles del Nuevo Testamento. Las basas muestran animales y figuras grotescas asociadas al pecado.
- En el arco norte, más avanzado cronológicamente, las figuras siguen la forma del arco. Representa el Juicio Final:
- En el centro, Cristo Juez con nimbo crucífero.
- En la arquivolta menor, San Miguel psicopompo, pesando las almas.
- Los bienaventurados, en forma de niños, son protegidos por ángeles. Algunos se muestran horrorizados o absortos.
Conclusión
El Pórtico de la Gloria no es solo una proeza arquitectónica y escultórica, sino una compleja catequesis visual. En él confluyen innovación técnica (uso del mármol, parteluz monolítico, estructuras no portantes), riqueza iconográfica (Apocalipsis, Pasión, Árbol de Jesé, Juicio Final), y una expresividad sin precedentes en el románico. El mensaje salvífico y la Gloria de Dios se hacen palpables en piedra, invitando al espectador a un viaje espiritual desde el pecado hasta la redención.
La Cripta: El Fundamento Silencioso del Pórtico de la Gloria
La cripta del Pórtico de la Gloria, muchas veces conocida como “la catedral vieja”, es una obra arquitectónica esencial dentro del conjunto de la Catedral de Santiago. Concebida por el Maestro Mateo a partir de 1168, esta estructura subterránea no solo resuelve un reto técnico, sino que añade una dimensión simbólica profunda a la experiencia arquitectónica y espiritual del templo.
Una solución estructural brillante
La construcción de las naves superiores de la catedral se vio comprometida por el acusado desnivel del terreno en el lado occidental. Para solventar esta dificultad, el Maestro Mateo —bajo contrato con el rey Fernando II— diseñó una cripta que actuara como plataforma niveladora y soporte estructural. Esta cripta sustenta los pies de las naves, el majestuoso Pórtico de la Gloria, su parteluz central y la fachada occidental con su logia.

Diseño y simbolismo
En cuanto a su diseño, la cripta reproduce en pequeña escala la planta del templo superior: una cruz latina con girola y absidiolos semicirculares, destacando un absidiolo central más amplio, rectangular y ricamente decorado. En el eje del conjunto se sitúa un gran pilar compuesto que, en la catedral, coincide con el parteluz sobre el que descansa la figura del Apóstol Santiago.


Este espacio no solo cumple una función arquitectónica: representa el mundo terrenal iluminado por los astros, en contraste con el mundo celestial que se manifiesta en el Pórtico y su tribuna. La disposición de los espacios y su decoración evocan un camino simbólico desde la tierra hacia la gloria eterna, acorde con el relato de redención y esperanza que la Catedral transmite al peregrino.


Influencias artísticas y transición al gótico
La riqueza escultórica de la cripta evidencia la intervención de talleres franceses, distintos del de Mateo pero activos en el mismo periodo. Los capiteles y detalles decorativos presentan motivos vegetales, animales y humanos de gran naturalismo, que anticipan las formas del gótico temprano. Este diálogo artístico entre estilos convierte la cripta en un espacio de transición entre épocas y lenguajes visuales.


En los tramos finales aparecen bóvedas de crucería con claves decoradas con ángeles que portan el sol y la luna, símbolos de la luz terrenal. Estos elementos no son meramente ornamentales: dan inicio al programa iconográfico del Pórtico de la Gloria, conectando directamente el inframundo simbólico con la visión del Juicio Final y la Jerusalén Celeste del Maestro Mateo.
Funciones adicionales y transformaciones
Originalmente, la cripta servía también como acceso occidental a la catedral, probablemente sin escalinatas exteriores. Dos escaleras internas, ahora modificadas, permitían el paso al templo superior. La del norte, redecorada en el siglo XVI, se integró en la Capilla de las Reliquias; la del sur, barroca y del siglo XVIII, destaca por su portada renacentista y la presencia de una cruz de consagración. Estas adaptaciones reflejan la evolución funcional y estética del espacio a lo largo de los siglos.
Un espacio esencial en la arquitectura y espiritualidad jacobea
En definitiva, la cripta del Pórtico de la Gloria es una muestra del ingenio arquitectónico y la profundidad simbólica del Maestro Mateo. Es un espacio en el que convergen lo práctico y lo espiritual, lo antiguo y lo innovador, lo humano y lo divino. Su visita supone adentrarse en las raíces físicas y teológicas de la Catedral de Santiago, donde la piedra habla, sostiene y guía hacia la luz.
La Tribuna del Pórtico de la Gloria: Un Espacio de Luz y Simbolismo
La Tribuna del Pórtico de la Gloria, situada sobre el nártex de la Catedral de Santiago, puede pasar desapercibida entre las alturas del templo. Sin embargo, este espacio completa el mensaje apocalíptico que el Maestro Mateo plasmó en el Pórtico, uniendo los niveles inferiores con el significado celestial de la Jerusalén Celeste.

El diseño del Pórtico se interpreta de abajo hacia arriba. En la cripta, dos claves de bóvedas representan un ángel con el sol y otro con la luna, simbolizando la dualidad terrenal. En el nivel principal, el tímpano desarrolla la visión del fin de los tiempos según el Apocalipsis. Finalmente, la tribuna culmina con la clave de su bóveda central, donde el Cordero Místico alude a la luminaria celestial descrita en el texto sagrado: “La gloria de Dios ilumina la ciudad y su lámpara es el Cordero”.


La arquitectura de la tribuna combina elementos románicos y góticos. Sus arcos apuntados, decorados con ajedrezados románicos, separan el tramo central, donde destaca una bóveda de crucería que descansa sobre ángeles turiferarios con cartelas. Los nervios de estas bóvedas presentan una decoración vegetal característica del taller de Mateo, dejando una influencia duradera en obras posteriores.
El diseño luminoso de la tribuna es una obra maestra. El tramo central se eleva más allá del tejado para abrir vanos en los cuatro puntos cardinales, iluminando el Cordero Místico. Aunque la fachada mateana original fue reemplazada en 1738, su rosetón y vanos laterales permitían la entrada de luz directa, que atravesaba el óculo interior de la tribuna y aligeraba la carga estructural sobre el Pórtico.


La tribuna también cumplía una función práctica. Un pasillo construido por Mateo conectaba las torres medievales del Obradoiro con los vanos superiores, facilitando el mantenimiento del gran rosetón y los vidrios emplomados. Algunos restos arquitectónicos visibles en sus muros, como partes de arcos y figurillas, confirman esta utilidad.
Además de su función y simbolismo, la tribuna refleja el contrato del Maestro Mateo con Fernando II en 1168. Una inscripción en el triforio, “Gudesteo”, recuerda a Pedro Gudesteiz, tesorero de la basílica y responsable de financiar las obras.

La Tribuna del Pórtico de la Gloria es un ejemplo único del ingenio arquitectónico del Maestro Mateo. Su diseño une arte, funcionalidad y simbolismo teológico, culminando una obra que marca la transición entre el románico y el gótico.
El Mensaje del Pórtico de la Gloria: Un Relato de Salvación y Eternidad Tallado en Piedra
A finales del siglo XII y principios del XIII, el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago no era un simple elemento decorativo, sino un complejo programa iconográfico destinado a enseñar y maravillar a un pueblo mayoritariamente analfabeto. En un tiempo donde el acceso directo a los rituales del altar estaba restringido, las portadas de las iglesias desempeñaban un papel esencial como herramienta educativa y simbólica.
Un Programa Iconográfico Único
Las portadas de la Catedral de Santiago están descritas en el Códice Calixtino, aunque este no menciona el Pórtico de la Gloria, ya que aún no estaba terminado cuando se escribió el manuscrito. Originalmente, la fachada medieval permitía que las figuras del Pórtico se proyectaran hacia el exterior, una integración visual que se mantuvo hasta las reformas del siglo XVI, cuando se añadieron puertas con jambas y dinteles que ocultaron parte de su grandiosidad.
El Maestro Mateo, con una visión innovadora, introdujo un naturalismo y una expresividad que anticipaban el gótico, rompiendo con el hieratismo propio del románico. Además, todo el conjunto estuvo ricamente policromado, con colores como ocres, azules, rojos y dorados que realzaban la monumentalidad de las figuras. Aunque gran parte de esta policromía se ha perdido, aún se pueden apreciar restos al caer la tarde, cuando la luz atraviesa la fachada actual.
La Luz como Elemento Simbólico
La luz tiene un papel clave en el diseño del Pórtico. Mateo abrió generosos vanos para iluminar el interior de la catedral, simbolizando la divina iluminación. En la cripta que sostiene el Pórtico, dos ángeles portan el sol y la luna, simbolizando la luz terrenal. Por otro lado, en la tribuna, la luz procede del Cordero Místico, evocando el pasaje del Apocalipsis en el que la gloria de Dios ilumina la ciudad celestial.



El Mensaje del Pórtico
El Pórtico sigue fielmente el Apocalipsis de San Juan. En el tímpano central, Cristo preside el Juicio Final, glorificado por ángeles y rodeado por los tetramorfos, los símbolos de los cuatro evangelistas. A su alrededor, los bienaventurados, los ancianos músicos y las almas salvadas se reúnen en una escena que combina movimiento y armonía. Las arquivoltas laterales completan esta narrativa:

Arco Norte: Representa el Juicio Final, con las almas de los bienaventurados guiadas por ángeles hacia la Gloria, mientras los condenados son castigados por demonios grotescos que personifican los pecados capitales.


Arco Sur: Representa el descenso de Cristo al limbo y la liberación de los justos del Antiguo Testamento, con figuras como Adán, Eva, Abraham y Moisés.
Detalles Escultóricos y Simbolismo
Las estatuas-columnas que sostienen los arcos representan a profetas y apóstoles, quienes, al portar el mensaje de salvación, aplastan simbólicamente a las bestias demoníacas que forman las basas. Este contraste entre la luz de la salvación y la oscuridad del pecado refuerza el mensaje teológico del Pórtico.
El diseño de Mateo se asemeja a un cómic medieval, donde las escenas se leen de manera continua, desde los arcos laterales hacia el central. Ángeles guían a las almas desnudas, representadas como niños, hacia los bienaventurados, creando una narrativa fluida y profundamente simbólica.
Legado del Maestro Mateo
El Pórtico de la Gloria es una obra cumbre de la escultura medieval europea. Su influencia se extendió a otras creaciones, como el Pórtico del Paraíso de la Catedral de Orense, que también aborda el Apocalipsis pero sin alcanzar el nivel técnico ni iconográfico de la obra de Mateo.
El Maestro Mateo es una figura envuelta en misterio. Algunos estudiosos sugieren un origen francés debido a su conocimiento de la escultura gótica, mientras que otros lo sitúan como compostelano. Su firma aparece en un contrato de 1168 con el rey Fernando II, donde se le encargó completar las obras de la catedral. La tradición popular lo asocia con la figura del “Santo dos Croques”, esculpida frente al altar mayor, donde se arrodilla ofreciendo su obra. Según la leyenda, dar tres cabezazos a esta escultura transmitirá parte de su genialidad al visitante.
Una Obra para la Eternidad
El Pórtico de la Gloria no es solo una joya arquitectónica, sino un relato visual que combina teología, simbolismo y arte en un conjunto sin igual. Es testimonio del genio del Maestro Mateo, cuya visión adelantada marcó un hito en la historia del arte y dejó un legado que sigue inspirando a quienes lo contemplan.
Restauración del Pórtico de la Gloria
Tras más de ocho siglos soportando el paso del tiempo, la humedad y la acción humana, el Pórtico de la Gloria ha sido objeto de una minuciosa restauración que ha devuelto su esplendor original. Esta intervención, impulsada por la Fundación Barrié en colaboración con el Cabildo de la Catedral y el Instituto del Patrimonio Cultural de España, se desarrolló durante más de diez años, culminando en 2018.
El trabajo comenzó con una exhaustiva investigación científica y técnica, utilizando tecnologías avanzadas de escaneado 3D, análisis de pigmentos y estudios estructurales. Gracias a ello, se identificaron los problemas derivados de la humedad, los restos de antiguas intervenciones y la suciedad acumulada, lo que permitió planificar una restauración precisa y respetuosa.
Uno de los logros más significativos fue la recuperación de la policromía original. Bajo capas de suciedad y desgaste, salieron a la luz los vivos colores que decoraban las esculturas del maestro Mateo. Esta recuperación no solo embellece el conjunto, sino que también nos permite entender mejor el sentido y la intención simbólica de la obra.
La restauración ha convertido el Pórtico de la Gloria no solo en una joya arquitectónica, sino en un testimonio vivo del arte románico europeo, accesible hoy al visitante con una mirada renovada.
- Duración de la restauración: 2009 - 2018
- Financiación: Fundación Barrié
- Técnicas utilizadas: Escaneado láser, análisis químico, fotografía multiespectral
Preguntas frecuentes sobre El Pórtico de la Gloria, la joya románica de la catedral de Santiago de Compostela
Es un conjunto escultórico románico que forma parte de la entrada occidental de la Catedral de Santiago de Compostela. Fue realizado por el Maestro Mateo entre los años 1168 y 1188. Representa el Juicio Final y es considerado una de las obras maestras del arte medieval europeo.
Fue un escultor y arquitecto gallego del siglo XII, autor del Pórtico de la Gloria. Su estilo fusiona el románico con elementos proto-góticos, mostrando gran expresividad en los rostros y detallismo en las figuras.
El conjunto muestra una visión simbólica del Apocalipsis, con Cristo en Majestad rodeado por los evangelistas, profetas, apóstoles y ángeles músicos. También aparecen escenas del Antiguo y Nuevo Testamento.
Actualmente se accede mediante visita guiada con aforo limitado para preservar su estado tras la restauración. Las entradas se compran en la web oficial de la Catedral o en el museo catedralicio.
Tras siglos de exposición a la humedad, polvo, hollín y vibraciones, el conjunto escultórico presentaba daños estructurales y pérdida de policromía. La restauración fue necesaria para asegurar su conservación futura.
La restauración comenzó en 2009 y se concluyó en 2018, tras casi una década de trabajo multidisciplinar entre restauradores, historiadores, químicos, arquitectos y técnicos.
Sí. Durante la restauración se redescubrieron fragmentos de la policromía original que habían quedado ocultos por la suciedad. Aunque no se repintó, se ha conservado y protegido para su estudio y apreciación.
La figura central del parteluz es el apóstol Santiago, patrón de España, sosteniendo un pergamino. Es una representación única del santo como intercesor de los peregrinos que llegaban por el Camino de Santiago.
Son esculturas que tocan instrumentos medievales (arpa, zanfona, laúd...). Están ubicados en la parte superior del arco central. Son un testimonio excepcional de la iconografía musical del siglo XII.
No, actualmente no está permitido fotografiar el Pórtico durante la visita, para evitar deterioros por la luz y el uso de flashes. Se recomienda adquirir material oficial o visitar exposiciones virtuales.
Galería fotográfica











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