Capilla de la Azucena o San Pedro
Santiago de CompostelaCapilla de la Azucena o San Pedro en la Catedral de Santiago de Compostela
Una de las pocas capillas que ha logrado conservar casi intacta su arquitectura románica original es la Capilla de la Azucena, también conocida como Capilla de San Pedro. Esta capilla, una de las primeras en levantarse en la catedral, ha recibido varios nombres a lo largo de los siglos. Aunque su nombre más común es Capilla de San Pedro, también se la conoce como Capilla de la Azucena debido a la imagen titular en su retablo, y como Capilla del Magistral o de doña Mencía de Andrade, en honor al sepulcro que alberga.
Un Legado Histórico
La historia de esta capilla comienza a cobrar importancia en el siglo XVI. Por entonces, se decía que aquí se guardaba el cuerpo de San Silvestre, y fue durante este periodo cuando doña Mencía de Andrade financió algunas reformas que dieron lugar a la construcción de una sacristía, obra del arquitecto Juan de Herrera, quien también trabajó en el claustro de la catedral. La sacristía fue terminada por el cantero Juan Andrés.
Doña Mencía de Andrade, una figura clave en la historia de esta capilla, contrató en 1582 al maestro Juan Bautista Celma para que realizara su sepulcro. La escultura es una obra maestra del arte funerario: doña Mencía aparece recostada, con la cabeza apoyada en dos almohadas y un rosario en la mano, como si estuviera plácidamente dormida. A sus pies, un perro se gira atentamente hacia su ama, un detalle que añade un toque de naturalismo y belleza a la obra.
El Retablo y la Decoración
El retablo mayor de la capilla alberga la imagen de Nuestra Señora de la Azucena y, en la parte superior, a San Pedro. Acompañándolos, están las figuras de San José y San Judas Tadeo. Este retablo fue diseñado por Fernando de Casas en 1731 y realizado por Francisco das Moas. Aunque no es el único retablo que ha tenido la capilla, ya que en 1628 se contrató otro, hoy perdido, realizado por Bernardo Cabrera y Gregorio Español.
La reja que cierra el acceso a la capilla desde la girola tampoco es la original. La actual data de 1571 y fue encargada por doña Mencía de Andrade al herrero Sadronín Fernández, quien se inspiró en la reja de la cercana Capilla del Salvador. Sin embargo, se sabe que en 1518 ya se había reparado una reja anterior.
Las Pinturas Murales Descubiertas
Durante las obras de restauración llevadas a cabo a finales del siglo XX, se descubrieron en los muros de la capilla importantes restos de pinturas murales que podrían datar del siglo XVI, posiblemente financiadas por doña Mencía. Estas pinturas, ubicadas en el tambor del ábside, representan escenas como Santiago peregrino y la Conversión de Saulo. En las ventanas, se pueden observar medallones y motivos ornamentales, mientras que en el centro de la composición destaca un San Pedro entronizado al que se dirigen en procesión diversos personajes, incluidos prelados y un rey, todos ellos vestidos con trajes de moda renacentista. Aunque las pinturas han soportado el paso del tiempo y las capas de cal que se aplicaron posteriormente, aún se pueden apreciar sus detalles y la temática general.