El Claustro
Santiago de CompostelaEl Claustro de la Catedral de Santiago de Compostela: Historia y Encanto
El arzobispo Gelmírez, quien impulsó muchas obras en la Catedral de Santiago de Compostela, tenía en mente la construcción de un claustro anexo a los muros de la catedral. Aunque el proyecto no se realizó durante su época, el arzobispo Juan Arias retomó la iniciativa en el siglo XIII, levantando un claustro gótico en la ubicación actual, aunque a un nivel inferior y de menor tamaño. Los restos de este claustro medieval aún se pueden ver en los subterráneos de la catedral, junto a algunos sarcófagos y la base de un torreón defensivo del siglo XIV.
Transformaciones y Construcción del Nuevo Claustro
El claustro medieval sufrió daños debido a las disputas entre la mitra compostelana, la nobleza gallega y la burguesía. En 1505, Alonso III de Fonseca destinó un millón de maravedíes para la construcción de un nuevo claustro, aunque las obras no comenzaron hasta 1521 bajo la dirección de Juan de Álava. Tras su muerte en 1537, Rodrigo Gil de Hontañón continuó los trabajos, que se extendieron hasta 1590. A pesar de los retrasos y obstáculos, como el derribo de tiendas de plateros en 1540, el plan original de Juan de Álava se mantuvo.
Arquitectura y Decoración
El resultado es uno de los mejores y mayores claustros de España, con crujías de 34 metros de largo y 6 de ancho. Aunque su arquitectura es aún gótica, la decoración ya muestra influencias renacentistas. Las bóvedas estrelladas arrancan de altas ménsulas y cada tramo cuenta con un contrafuerte exterior adornado con múltiples pináculos. En la parte más alta destaca una calada crestería.
Función y Simbología
El claustro sigue siendo utilizado como cementerio de canónigos. El friso que recorre su perímetro interior alude al triunfo de la resurrección sobre la muerte, incluyendo temas religiosos y el escudo del mecenas Fonseca. Diversas dependencias se abren al claustro, reflejando la prolongada construcción y los estilos variados. Entre ellas se encuentran la antesacristía y sacristía, el tesoro, la capilla de las Reliquias, la capilla de Alba, el vestíbulo del claustro, la capilla de Ánimas, el vestuario de Canónigos y el acceso al Archivo Catedralicio.
Portadas de Acceso
Las puertas de acceso al claustro, situadas en el brazo sur del transepto, son verdaderas obras de arte. Diseñadas como portadas-retablo en estilo plateresco, se adaptan al marco románico de la catedral. La portada de acceso a la sacristía y al claustro presenta figuras de Santiago y San Ildefonso, y un Santiago protector en el frontón. A su lado, otra portada similar incluye una Anunciación y Encarnación del Hijo de Dios, con un Dios Padre bendiciendo en el frontón, aludiendo al pecado y la salvación.
Tesoros y Colecciones
El claustro alberga una colección de importantes cuadros de los siglos XVII al XIX y la gran araña de bronce que alumbra la sacristía, donada por el político compostelano Eugenio Montero Ríos en 1895. En el recorrido del Museo se pueden ver las tumbas de los últimos canónigos, una colección de heráldica gallega, sarcófagos de canónigos de los siglos XIV al XVI y lápidas de bronce de arzobispos de los siglos XVII y XVIII.
Elementos Destacados
En el centro del claustro se encuentra un vaso de granito perteneciente a la Fons Mirabilis, utilizada por peregrinos y compostelanos. En una esquina se exhiben las viejas campanas de la Torre del Reloj, fundidas en el siglo XVIII y sustituidas a finales del siglo XX. En la esquina opuesta, una obra contemporánea conmemora el 800 aniversario de la consagración de la catedral en 1211.
El Claustro de la Catedral de Santiago de Compostela es un lugar lleno de historia y belleza. Su evolución arquitectónica y su rica decoración lo convierten en un sitio imprescindible para quienes visitan la catedral, ofreciendo un vistazo fascinante a la historia religiosa y cultural de Santiago.