Capilla Mayor
Santiago de CompostelaLa Capilla Mayor de la Catedral de Santiago: Un Tesoro Barroco con Raíces Románicas
La Capilla Mayor de la Catedral de Santiago de Compostela es, sin duda, el corazón de este impresionante templo. Desde sus inicios, la catedral y la ciudad misma han girado en torno al sepulcro del apóstol Santiago. Este lugar sagrado ha sido el destino de peregrinos de toda Europa durante siglos. Aunque la Capilla Mayor hoy en día impresiona con su esplendor barroco, en su interior esconde una estructura románica construida sobre lo que una vez fue un mausoleo romano.
Un Mausoleo Romano Bajo la Capilla Mayor
Santiago fue enterrado en un mausoleo romano, conocido como Arca marmorica por sus mármoles. Este sepulcro preexistente influyó en la arquitectura de las primeras iglesias prerrománicas construidas por Alfonso II y Alfonso III, y en la posterior catedral románica, iniciada en 1075. El mausoleo, con su rica decoración de mármol, condicionó el diseño de las cabeceras de estas iglesias, que resultaron ser un tanto desproporcionadas en comparación con el resto de las naves.
La Transformación Románica de Gelmírez
En 1105, cuando la catedral románica estaba en construcción, el arzobispo Diego Gelmírez decidió realizar cambios significativos. Mandó demoler la parte superior del edificio romano que se elevaba casi hasta el actual baldaquino y construyó el cimborrio, el altar y un retablo que perduraron hasta la Edad Moderna. Este baldaquino estaba adornado con metales preciosos y gemas, sostenido por cuatro columnas y rematado con una cruz. El altar, ricamente decorado en oro y plata, presentaba una imagen de Cristo en Majestad rodeado por los apóstoles y los ancianos del Apocalipsis.
El Paso al Barroco: La Transformación de Vega y Verdugo
A lo largo de los siglos XV y XVI, la Capilla Mayor sufrió varias reformas, pero fue durante la intervención de José de Vega y Verdugo, entre 1659 y 1671, cuando se llevaron a cabo las transformaciones más drásticas. Este arquitecto decidió vaciar la capilla de sus antiguos elementos románicos y barroquizarla por completo. Mantuvieron, sin embargo, la imagen medieval de Santiago Sedente, la cual fue adaptada al nuevo estilo barroco, colocándola en un trono, añadiendo una corona y un bordón, y vistiéndola con una esclavina de plata y piedras preciosas.
El Magnífico Baldaquino: Obra Maestra del Barroco
Sin duda, lo más destacado de la Capilla Mayor es el espectacular baldaquino que cubre todo el espacio. Diseñado por Domingo de Andrade y Vega y Verdugo, este baldaquino de madera fue una obra colectiva de algunos de los mejores artistas de la época. Inspirado en San Pedro de Roma, el baldaquino se sostiene sobre angelotes que hacen las veces de columnas, culminando en un remate piramidal que recuerda al Triunfo de San Fernando en Sevilla.
En lo alto del baldaquino, una figura de Santiago Caballero, obra de Mateo de Prado, parece saltar con su caballo blanco sobre las naves de la catedral. Este conjunto barroco es una verdadera joya que destaca no solo por su complejidad y belleza, sino también por su simbolismo, ya que indica claramente que todo está diseñado para honrar el sepulcro del apóstol.
Los Detalles que Enriquecen la Capilla Mayor
El interior de la Capilla Mayor está lleno de detalles que la hacen única. Los pilares medievales del deambulatorio están adornados con mármoles y jaspes, y los angelotes que sostienen lámparas de aceite añaden un toque celestial. Las lámparas, donadas por diversas figuras a lo largo de los siglos, son un testimonio del continuo apoyo y devoción hacia Santiago.
Además, se añadieron tribunas altas de madera dorada en el siglo XVIII, que fueron utilizadas por el último cardenal de Santiago, don Fernando Quiroga Palacios, para asistir discretamente a los oficios. También en este período, algunos de los sitiales del coro fueron colocados en la cabecera, agregando un toque final al esplendor barroco de la capilla.
La Evolución del Espacio y su Significado
Con el tiempo, el coro fue eliminado y la tarima se extendió sobre el crucero, lo que hizo que las rejas de la Capilla Mayor perdieran protagonismo. Sin embargo, estas rejas, trabajadas por herreros de renombre en el siglo XVI, son un legado que ha influido en otras capillas de la catedral. Aunque muchas de estas estructuras han desaparecido o cambiado, siguen siendo una parte esencial de la rica historia de este espacio sagrado.