Historia de las Colecciones de Tapices de la Catedral
Historia de las Colecciones de Tapices de la Catedral
La Catedral de Santiago de Compostela alberga una de las colecciones de tapices más ricas y completas de España. Con más de un centenar de piezas, esta colección no solo es un tesoro artístico, sino también histórico, al reflejar siglos de legado cultural. Este artículo explora las historias y características de estas piezas, destacando su importancia dentro del patrimonio nacional.
Don Pedro Acuña y Malvar, figura clave en la historia de la Catedral, dejó en herencia una invaluable colección de tapices, vestiduras y libros. Su influencia, tanto en la catedral como en Madrid, donde fue Secretario de Estado, asegura su lugar en la historia de la colección. Estas piezas, cuidadosamente conservadas, reflejan la sensibilidad artística y el prestigio que rodeó a su legado.
En 1655, Felipe IV donó al cabildo compostelano una serie de colgaduras napolitanas. Estas obras, realizadas con una técnica compleja que combina pintura y bordados de seda y oro, inicialmente decoraron la capilla mayor románica. Representan baldaquinos con escenas de las Metamorfosis de Ovidio y los "Trabajos de Perseo", influyendo posteriormente en el diseño barroco del templo.
Entre las piezas de origen real destaca un dosel realizado en la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara hacia 1764 para el dormitorio de Carlos III. Además, la colección incluye tapices flamencos de finales del siglo XVI, manufacturados en Bruselas por Leo Van der Hecke, con escenas de la II Guerra Púnica. Estas obras combinan detallismo y elementos alegóricos, destacando por su riqueza visual.
La Catedral conserva cuatro tapices bruselenses tejidos en los talleres de Jan Räes, basados en cartones de Rubens. Estas piezas narran episodios de la vida de Aquiles con composiciones monumentales, decoradas con guirnaldas y figuras alegóricas. Representan un vínculo entre el arte flamenco y el esplendor barroco.
El legado costumbrista de David Teniers II se refleja en tapices elaborados hacia 1730 en la Real Fábrica de Santa Bárbara. Inspirados en escenas bucólicas y festividades populares, destacan por su colorido y riqueza de detalles. Estos tapices muestran cómo la tradición flamenca influenció el arte textil español.
La colección incluye 12 tapices de Francisco de Goya, realizados entre 1776 y 1780 para decorar el Palacio de El Pardo. Estas obras, como El columpio y La fuente, combinan el uso magistral de luz y color con escenas costumbristas. Su estilo único eleva la colección, consolidándola como una de las más importantes del país.
Los tapices de la Catedral, en excelente estado de conservación, representan un testimonio vivo del arte textil europeo. Las salas del museo, abiertas al Obradoiro, permiten apreciar estas obras mientras se disfruta de las vistas de la ciudad. Este conjunto único refuerza la posición de la Catedral como un referente cultural y turístico.
La colección de tapices de la Catedral de Santiago no solo enriquece el patrimonio artístico de España, sino que también ofrece un recorrido visual por la historia y el arte de Europa. Desde las donaciones reales hasta las obras de Goya, cada pieza cuenta una historia que conecta el pasado con el presente.
Preguntas frecuentes sobre las Colecciones de Tapices de la Catedral
La colección cuenta con más de un centenar de piezas, lo que la convierte en una de las más ricas y completas de España.
La colección incluye 12 tapices de Goya realizados entre 1776 y 1780. Algunas de las obras mencionadas son "El columpio" y "La fuente".
Fueron donadas por el rey Felipe IV en 1655. Estas obras representaban baldaquinos con escenas de las "Metamorfosis" de Ovidio y los "Trabajos de Perseo".
Hay cuatro tapices de Bruselas tejidos en los talleres de Jan Räes. Están basados en cartones de Rubens y narran episodios de la vida de Aquiles.
Fue una figura clave en la historia de la Catedral y Secretario de Estado en Madrid. Dejó en herencia una invaluable colección de tapices, vestiduras y libros.
Se inspiran en el legado costumbrista de Teniers II, mostrando escenas bucólicas y festividades populares con gran colorido y detalle.
Fue realizado en la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara hacia 1764 para el dormitorio de Carlos III.
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